Roberto
Baschetti

Almaraz, Ricardo Avelino

Nacido en La Flor, Santiago del Estero, un 20 de junio de 1950; día de la bandera nacional. La primaria la hizo en la Escuela Nº 37 de Lanús. Para el secundario concurrió a la Escuela Técnica de Lanús, de Radio y Televisión. Integrante de Juventud Trabajadora Peronista (JTP) en la planta que Molinos Río de la Plata tenía en el corazón de Avellaneda. Sobre él y otros trabajadores sindicalizados actuó puntualmente la dictadura, porque habían comenzado a resistir el arbitrario mecanismo de labor diaria que imponía la patronal, por entonces con la batuta de Bunge & Born. Menos carne, en las fábricas de Molinos se hacía de todo: aceites, arroz, yerba, whisky, fideos, dulces, margarinas, azúcar, cerveza, de todo. No había horas extras ni nada. Se entraba a las 6 de la mañana y se terminaba la labor cuando a la patronal se le antojaba. No había baños, ni duchas ni vestuarios. Sólo polvo y ratas. Como no se podía hablar adentro de la planta, Ricardo Almaraz, comenzó a reunirse con uno y otro en el bar de Mitre y Pavón, con mucha paciencia, porque si los patrones olfateaban algo, los echaban. Ya estaba vinculado al peronismo combativo. A partir del ’72 la cosa cambió. Bastaron dos o tres años de lucha para que se consiguieran horas extras, vestuarios, respeto y organización. Cuando fue el golpe de Estado de 1976 la planta fue ganada por un silencio incómodo, feo, tremendo. En uno de esos días, Ricardo Almaraz se acercó a su hermano Guido y le dijo sorprendido, que lo llamaban de la oficina de personal. Fue, charló y volvió a ver a su hermano. “Le dijeron que se venía una mano jodida, que le extendieron un cheque para que él pusiera la cantidad que quisiera, que pidiera lo que se le ocurriera, una casa, pasajes, pero que se vaya de la fábrica con su familia bien lejos. Él siguió trabajando como todos los días” afirma su hermano. Le parecía lógico estar al lado de sus compañeros de trabajo y representados, con que cara se iba a ir así nomás de un día para otro. Secuestrado-desaparecido a la edad de 26 años, el 7 de julio de 1976. Lo levantaron en Pirovano 1829, Lanús Este, provincia de Buenos Aires. Tiraron abajo la puerta de la casa y se lo llevaron junto a su esposa Celia Arzamendia (ver su registro). Rompieron todo y se robaron cosas. Visto en Superintendencia de Seguridad Federal (Coordinación Federal) antes de su asesinato. Florentina Verón, su progenitora, es una de las primeras Madres de Plaza de Mayo.