Roberto
Baschetti

Solarz, Sara

“Quica”. “Kika”. “Jenny”. “Marie”. Sara Solarz de Osatinsky. Perita mercantil. Oficial 1° en la organización político-militar Montoneros. Nacida en Tucumán el 1° de octubre de 1935. Paulina Szapiro era el apellido de su madre. Ver registros de su marido Marcos Osatinsky y de sus hijos José y Mario Andrés. Dirá en el marco de la Megacausa La Perla llevada adelante por el Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba (2013): “Fuimos una familia comprometida con las luchas políticas de mi país. Con Marcos comenzamos a militar en la Federación Juvenil Comunista, luego en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y luego de la fusión, en Montoneros. Criamos a nuestros hijos en los valores de toda una generación”. El periodista Alexis Oliva reconstruyó lo que ella narró verbalmente en esa oportunidad al declarar: Fue secuestrada en Buenos Aires el 14 de mayo de 1977, cuando en la vía pública (avenida Bruix y avenida Directorio. Capital Federal), la desmayaron golpeándola con una llave inglesa. Inmediatamente la llevaron al CCD ESMA. Tras una tortura física que se prologó por varios días, la retiraron del sector conocido como “Capucha”, la hicieron sentar y le sacaron la venda. Cuando pudo acomodar su visión, se encontró con dos personajes vestidos de impermeable color claro que la someterían a otra clase de tormentos. “Venimos a llevarla a Córdoba, porque el nombre de Osatinsky tiene que desaparecer de la faz de la tierra y usted tiene que morir en Córdoba”, le anunció uno de ellos. Además, el visitante se ufanó de haber “robado y dinamitado” el cadáver de su esposo “en nombre del Comando Libertadores de América”. (Con el tiempo se supo, uno de esos visitantes, fue el capitán del Ejército Héctor Pedro Vergéz, el ex jefe del campo de concentración La Perla). Pero luego de una puja entre los marinos que la tenían y los del ejército que se la querían llevar, se impusieron los primeros y se quedó en la ESMA hasta el 19 de diciembre de 1978, cuando fueron a Ezeiza y la obligaron a embarcarse en un vuelo con destino final en Madrid. Mientras estuvo cautiva, Sara Solarz asistió como ayudante y contención emocional en 14 nacimientos de prisioneras parturientas “desaparecidas”. Y brindó su testimonio acusador en muchas oportunidades, el primero cuando la dictadura militar era fuerte y estaba en el poder, eso fue en el año 1979 frente la Asamblea Nacional Francesa, en donde denunció la existencia de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) como centro clandestino de detención. También durante su cautiverio, Sara Solarz, fue abusada sexualmente en varias oportunidades por el despreciable Prefecto Naval Héctor Febres (El Gordo Selva) que aprovechó que la voluntad de ella estaba anulada, el sufrimiento la paralizaba y estaba bajo constante amenaza de muerte, para satisfacer sus bajos instintos. En 2007 Solarz lo acusó ante un juez. También en algún momento durante su cautiverio, la llevaron a Tucumán, donde a través de papeles fraguados se quedaron con el dinero de la herencia de sus padres. El lunes 23 de noviembre de 2020 a la edad de 85 años, falleció en Suiza producto de una embolia pulmonar.