“Ciriaco”. “Ernesto”. Nacido en Rosario el 7 de agosto de 1951. Casado, 2 hijas. Fue responsable de la Unidad Básica “Evita Obrera” en Rosario. Secuestrado el 4 de septiembre de 1976, a las 9 de la mañana, en la fábrica Coego Hermanos, donde trabajaba en la sección Forja, establecimiento fabril sito en Teodelina, provincia de Santa Fe. Fueron cuatro energúmenos armados que dijeron ser de la Policía Federal, aunque estaban de civil. Sus compañeros de trabajo y el delegado de la fábrica, atónitos, reaccionaron, pero no pudieron hacer nada para evitar el hecho. Fernández, estaba acusado de ser uno de los que atentó contra el ex jefe de la Policía Federal, General Cáceres Monié, ultimado oportunamente. Con Fernández cae otro compañero: Juan Alberto Osuna. Ambos eran militantes montoneros. Y a los dos los hacen aparecer como caídos en un enfrentamiento ocurrido el 24 de septiembre de 1976, en Paraná, provincia de Entre Ríos, calle Rondeau 1396; y que pasó a la historia como “La Masacre de la Tapera”. La empresa periodística que era dueña del matutino “El Litoral” ayudó a falsear los hechos al titular una nota sobre su muerte como “Cayó abatido un subversivo en la ciudad de Paraná” (sábado 25 de septiembre de 1976). Los restos de Fernández fueron enterrados en el cementerio municipal de esa ciudad entrerriana, en una fosa común reservada para indigentes y nunca fueron hallados por su familia. Un compañero de trabajo, Paulino Hernández, lo recuerda a Carlos José María como un hombre alto, callado, tímido, muy educado, medio morochón, y muy laburador, también.