“Cachito”. Falleció el miércoles 13 de julio de 2016, a la edad de 59 años. Militante de Juventud Peronista y Montoneros fue secuestrado por un grupo de tareas de la ESMA (en avenida La Plata y avenida San Juan/18 de noviembre de 1978), permaneciendo en cautiverio en dicho lugar clandestino de detención entre lo que restaba de ese año y el 18 de febrero de 1980. Al llegar fue torturado por Astiz en tanto en una habitación contigua, escuchaba los gritos de su esposa (Liliana Marcela Pelegrino) sometida a igual castigo junto a su hijo Rodolfito de tan sólo 20 días de vida. Le dijeron al padre que si no colaborara con ellos iban a estrellar al bebé (lo levantaron por sus piernas cabeza abajo) contra la pared. Con el regreso de la democracia fundó junto a otros sobrevivientes (Adriana Calvo, Carlos Lordkipanidse) la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) y prestó testimonio en gran cantidad de juicios con el fin de lograr el justo castigo para genocidas y victimarios pero también para construir Memoria, Verdad y Justicia. Precisamente la AEDD tiene una frase de cabecera como emblema, que bien le cabe a Cachito Fukman: “Porque luchábamos nos desaparecieron, porque aparecimos seguimos luchando”. Antes de ser secuestrado trabajaba en una cooperativa de electro-medicina y le daba una mano a su padre en un taller de electricidad de propiedad de aquel. Fue docente secundario y secretario gremial de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA). El tiempo transcurrido no lo cambio y lo tuvo siempre del lado en que se combaten las injusticias, y así fue como se lo vio en enero de 2016 a la cabeza de una movilización, para lograr la libertad de Milagro Sala, presa sin razón ni causa valedera en el feudo medieval del “radical” Gerardo Morales. Para la ocasión “Cachito” Fukman expresó: “No podemos permitir que en nuestra patria se encarcele por reclamar un derecho”. El 26 de junio del mismo año, estuvo en Puente Pueyrredón para conmemorar los 14 años de la Masacre de Avellaneda, oportunidad en la que expresó: “Así como reivindicamos la lucha contra la dictadura cívico-militar pasada, del mismo modo reivindicamos las luchas del presente, convencidos de que si nuestros compañeros estuvieran vivos estarían en la calle junto a todos los luchadores populares”. Su hermano Jorge Daniel Fukman también fue secuestrado y asesinado por la canalla dictatorial (ver su registro, donde “Cachito” habla de él, de su querido hermano).