Estudiante de Abogacía. Trabajaba en el Correo. Peronista. Miembro de la Conducción Nacional montonera y jefe de la Regional La Plata de dicha organización guerrillera. Su nombre de combate era “Julio” y sus amigos y compañeros le decían “El Obispo”. Cayó combatiendo junto a su compañera Eva “Colorada” Gruszka, el 3 de mayo de 1977, cuando se parapetaron en la casa que habitaban (Calle 30, N° 2083) para resistir el asalto militar. “¡No me maten soy un chico!”, fue lo que atinó a decir con las manos en alto, el único sobreviviente de esta tragedia. Era Juan Pablo Lewinger, hijo del primer matrimonio de Eva con Arturo Lewinger. A él si le respetaron la vida. Por entonces tenía tan sólo 8 años.