“Bibi”. Nacido un 14 de julio de 1946 en Azul, provincia de Buenos Aires. Donde su padre era carnicero y famoso por la confección de unos chorizos de factura propia. Hizo el secundario en su ciudad natal. Se acercó a La Plata para estudiar Medicina. Pero el arte pudo más que la ciencia. Integrante del Grupo de Cine de La Plata. Alumno en el Departamento de Cinematografía de la Escuela Superior de Bellas Artes, luego Facultad de Artes y Comunicación y hoy Facultad de Bellas Artes. Fue ayudante en la Cátedra de Iluminación. Políticamente fue parte de la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN), de Juventud Peronista (JP) donde tenía muchos amigos y fue miembro del Grupo de Cine Peronista de La Plata. Era un tipo tan solidario como rebelde. Con el “Pampa” y “El Puntano” filmaron entre la gente, el regreso de Perón a la Patria el 20 de junio de 1973 en Ezeiza. Luis “Chito” Paredes cuenta una anécdota de aquella jornada que fue chequeada como muy cierta por aquellos improvisados camarógrafos: “El Pampa levanta al Puntano que filmaba. Bibi estaba cerca de ellos en una hondanada y de ahí filmaba el palco desde donde tiroteaban a los que estaban en el bosque. La anécdota del compañero que aparece y que le exige velar la película poniéndole una 45 en la panza porque creía que Bibi era un camarógrafo cualquiera o algo peor (ya que Alberto Enrique se había sacado el brazalete de JP para no ser blanco de los fachos) es cierta. Ese compañero era el Flaco Lupín. Lo cierto es que Bibi le tiró el rollo de película en la cara y se fue caminando con una bronca padre, sin preocuparse de las balas que silbaban. Así recorrieron unos 200 metros. El Pampa salió corriendo de tras de él gritándole que se cubra. Así llegaron los dos a la camioneta rastrojero del MOP –Ministerio de Obras Públicas- (que habíamos pedido ‘prestada’). Bibi puteando y el Pampa agitado y estremecido por el peligro”. Luego, debido a las persecuciones en aquella ciudad de las diagonales, Bibi decidió formar parte de un grupo que iba a Israel a asentarse en un kibutz, pensando que de ese modo allí podría participar en un movimiento revolucionario. Fue con Rosita su esposa y el pibe. En el kibutz trabajó en el oficio de herrero, pero el lugar y el ambiente no lo convenció y se fue a vivir a Haifa. Allí tuvo el honorable destino de hacer feliz a los niños haciendo funcionar una calesita. “Bibi” también trabajó para la televisión israelí pero cuando le dijeron que para acompañar el equipo de transmisión tenía que ponerse ropa militar de fajina, un chaleco antibalas y casco, además de depender del comando militar, se negó terminantemente; fue la excusa perfecta para evitarse tomar parte de una guerra que él consideraba injusta contra los fedayines de Al-Fatah y el pueblo palestino. Dejó todo tirado y se las tomó. Abandonó Israel en 1991 antes de la primera guerra del Golfo. Dicen que embarcó con una novia que tuvo, en el último barco que zarpó de Alexandría hacia Italia. Para sumar un ingreso respetable anduvo por Europa vendiendo bijouteries y hasta unas hermosas sandalias de cuero con éxito, pero ese mismo éxito fue su perdición, porque cuando le encargaron una cantidad demasiado grande de aquel calzado no pudo satisfacer el pedido. Bohemio y en paz consigo mismo siguió su periplo por la vida. Falleció el 22 de enero de 2018.