Nacido en Guaymallén, Mendoza. Licenciado en Ciencias Políticas. De tez cobriza, muy alto, barbudo; de descendencia indígena por el lado materno. Adoraba el camping. Dibujaba muy bien. Fue supervisor o jefe de control continuo en Petrosur y era también ayudante de cátedra en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Secuestrado-desaparecido a la edad de 32 años, un 25 de agosto de 1976. Se lo llevaron de su domicilio sito en Balcarce 672 (entre Ameghino y Coletta), Campana, provincia de Buenos Aires. Este compañero intentaba poner en marcha un sindicato de supervisores petroquímicos junto al zarateño Silvio Toniolli, también secuestrado y asesinado. Su hija Paola sospecha que fue delatado por dirigentes gremiales de derecha en connivencia con las fuerzas represivas. Habla concretamente del rol jugado por el actual secretario general del sindicato químico Zárate-Campana Nelson Palacios, que supo escribir oportunamente al coronel Jorge Valladares en julio de 1983: “Desde ya señor Coronel, nuestra gratitud para nuestras Fuerzas Armadas por haber liquidado al terrorismo apátrida. Reiteramos nuestro saludo y quedamos a vuestras órdenes, sujetos a ellas, en defensa de la Patria y la Libertad. ¡Vivan nuestras queridas Fuerzas Armadas!”. Sin comentarios… Sigue diciendo Paola que “un compañero de mi padre que era estudiante en la UTN, me dijo que mi viejo era un esclarecido para la época. Tenía pensamientos demasiados avanzados en lo sindical (…) Su padre, o sea mi abuelo, era radical, pero él se había hecho peronista de Evita”. Esa misma hija desgrana otros recuerdos en este 2023: “Sigo recordando tu último regalo del día del niño, tus manos grandes tomando las mías, tu barba que me hacía dormir cuando enredaba mis dedos, tu olor a tabaco de pipa, las hojas para que dibuje; el silbido al llegar a casa, el vaso de vino y el sifón de soda en la mesa …”.