“El Negro”. De joven estudió en el Liceo Naval de Río Santiago y se recibió de Guardiamarina (Promoción XXII). Entendió que su arma y las demás, no pueden estar para reprimir al pueblo y se fue de ahí para sumarse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) primero y a Montoneros, luego. En La Plata conoció a quien luego sería su mujer y compañera de militancia, la misionera Olga Wornat, que de su provincia norteña había bajado a la ciudad de las diagonales a estudiar periodismo. Se casaron en plena dictadura y tuvieron 3 hijos. Él siguió enfrentando a todas las dictaduras emergentes del último gobierno de facto en Argentina, participando de las Tropas Especiales de Agitación (TEA) que operaron en el Sur del Gran Buenos Aires en ocasión de la contraofensiva montonera. Su sacrificio y entrega por la causa peronista lo llevaron a ser responsable y referente de la reconstruida Regional I de Zona Sur del Gran Buenos Aires. Estuvo en Plaza de Mayo repudiando a los milicos genocidas el 16 de diciembre de 1982, cuando fue la primera marcha de protesta que logró copar la histórica plaza con más de 100.000 personas convocadas por los partidos políticos. Ese día murió asesinado otro militante peronista, Dalmiro Flores (ver su registro). Jorge Omar Giacobone murió veinte años más tarde, el 17 de noviembre de 2002, en un nuevo aniversario del primer regreso de Perón a la Argentina, producto de un maldito cáncer que lo consumió y se lo llevó en solo tres meses. Todos los compañeros que lo conocieron coinciden en resaltar su nobleza y entrega por la causa nacional y popular en Argentina. La foto que ilustra esta reseña corresponde a 1983, cuando en Lomas de Zamora hizo uso de la palabra con motivo de la inauguración de una nueva Unidad Básica de Intransigencia y Movilización Peronista.