Nació el 30 de abril de 1925 en Buenos Aires. Su madre, Carmen Aguirre era hija del afamado pianista y compositor argentino Julián Aguirre. A Susana, todos la conocían por Pirí; Pirí Lugones. Estudió en el “Lenguas Vivas” de ésta capital y egresó como maestra normal en 1942 con un excelente promedio. Cierto aire trágico siempre sobrevoló sobre su familia. Su abuelo el poeta nacional Leopoldo Lugones se suicidó en 1938 en un recreo del Tigre bebiendo cianuro. Su padre de igual nombre y apellido, en la década del ’30 fue el inventor de la picana eléctrica que se le administraba a los opositores al gobierno de facto del General José Félix Uriburu. Al final se mató de un tiro en la sien en 1971. “Pirí” siempre lo despreció. Y una manera de hacerlo era cuando entraba a una reunión social y se presentaba: “Hola… Soy Pirí Lugones, la nieta del poeta e hija del torturador”. Para peor, de chiquita Pirí sufrió una enfermedad en la cadera que le dejó una renguera por el resto de su vida. Luego de separarse de su primer esposo (Carlos Peralta) con el que tuvo tres hijos, vivió tres años con Rodolfo Walsh. Uno de sus hijos, Alejandro, siguiendo con el karma familiar se suicidó el 1° de septiembre de 1971 al pasar por una profunda depresión. Pirí era periodista y en tal función escribió en un sinnúmero de revistas de actualidad. En 1959 viajó a Cuba y a su regresó comenzó a colaborar en la sucursal que en Buenos Aires tenía la agencia nacional de noticias cubana “Prensa Latina”. A medida que fue acrecentando su compromiso político también los hizo en medios afines, como por ejemplo el diario “Noticias” entre 1973 y 1974. Siendo militante montonera (con el seudónimo de Rosita), en el trabajo barrial, de prensa e inteligencia inclusive, fue secuestrada-desaparecida el 20 de diciembre de 1977 en su domicilio de Capital Federal. Créase o no, cuentan que enfrentó la tortura cagándosele de risa al verdugo y diciéndole: “¡Que sabés vos de torturas…! ¡Torturador era mi Viejo…!”