Roberto
Baschetti

Díaz, Mario Roberto

Debido a una discapacidad en su brazo no podía trabajar normalmente. Fue dirigente de Juventud Peronista en el departamento Rivadavia en la provincia de Mendoza. Quienes lo conocieron lo recuerdan como una persona muy querida, alegre y noble a la que le gustaba mucho cantar. Fue secuestrado el 17 de septiembre de 1976 en su propio hogar y condenado a 10 años de prisión un año más tarde, por una disposición caprichosa de un consejo de guerra militar, que lo acusó de montonero y tenencia de armas y municiones. Previamente lo pasaron de una comisaría al siniestro D2 donde fue sometido a picana, submarino y golpes, en tanto a su madre le mentían y le decían que lo habían dejado en libertad. Como había estudiado Fisioterapia en Córdoba, el tránsito por las prisiones le sirvió para ayudar y practicarle curaciones a sus compañeros torturados. Estuvo privado de la libertad hasta el 15 de marzo de 1984, lapso por el que pasó por los penales de La Plata, Sierra Chica, Caseros, Devoto y Rawson. Las torturas padecidas le pasaron cuenta a su cuerpo y en los últimos tiempos cuando ya su problema en la columna era indisimulable como secuela del horror vivido, falleció en el mes de julio de 2014. Su madre Hortensia Ramos, con 85 años, el 20 de octubre de ese mismo año presentó su testimonio en la Megacausa – IV Juicio por Delitos de Lesa Humanidad en Mendoza; al finalizar el mismo conmovió a la audiendia al expresar: “He venido aquí por mi hijo, él ya no está, se lo debía”. La foto que ilustra esta reseña es de ese especial momento.