“El Negro”. “Sucito”. Nacido el 12 de junio de 1943 en Las Breñas, departamento 9 de Julio, provincia del Chaco. Gustaba del folclore siendo eximio bailador del mismo. Secuestrado-desaparecido en su domicilio de Berisso, provincia de Buenos Aires, el 3 de diciembre de 1976. Fue parte del Grupo de Teatro de la fábrica Propulsora Siderúrgica integrado por trabajadores de la misma, lo que llevó en noviembre de 1971 a que el coronel Pascual Esteban Carlucci, jefe del Destacamento de Inteligencia 101 averiguara las ideologías de cada uno de ellos. La sobrina de Martínez, Graciela Vega, rememora: “Yo lo acompañaba al teatro y a otros lugares. Antonio, militaba mucho, iba al local de la J.P. que estaba donde funcionó años después la confitería Alcatraz (Montevideo y Hamburgo, en Berisso), otra era la de la calle Nueva York y Cádiz, o la Unidad Básica “Evita Montonera” de la calle Industria (15) entre Unión (153) y Tolosa (154). La primera vez que los chicos del barrio fueron a la “República de los Niños” fue en un viaje que él organizó. Para las fiestas siempre lo veías repartiendo mercadería entre los vecinos. Era un activista muy importante, muy respetado y muy querido”. Al momento de su “desaparición” Martínez era afiliado a ASIMRA. El sindicato colaboró alrededor de un año con ayuda económica a la famila. En Propulsora Siderúrgica se desempeñaba como operador de grúas y había sido ascendido a jefe de turno. Otro que trabajó con él (Alejandro Sandez) afirma: “Era un militante gremial, un compañero, reconocido en la fábrica, que siempre estaba donde había que estar, lo que en esos días no era poca cosa; muy buen compañero, buen tipo, luchador, tenía sus convicciones muy firmes y no lo ibas a convencer así nomás de cualquier cosa, el Negro tenía esa idea de ayudar la más necesitado. Queria una política distinta, hacer un país mejor en base al trabajo y a la dignidad. Hubiera sido un buen político, tenía carisma”.