Roberto
Baschetti

Torres, Juan Carlos

Peronista que se sumó a la revuelta fracasada del general Juan José Valle el 9 de junio de 1956 contra el gobierno entreguista de Aramburu y Rojas. Zafó de ser apresado y asesinado en los basurales de José León Suárez aquella madrugada fatídica. Dice Walsh en “Operación Masacre”: “Volviendo a ‘Marcelo’ (Rizzoni), su testimonio coincidente con el de Torres perjudicaba a Livraga y favorecía a Fernández Suárez, lo que demuestra en forma terminante que era verdadero. Partiendo de la demanda de Livraga, yo había supuesto en mis primeros artículos en ‘Revolución Nacional’, que Fernández Suárez detuvo sólo a cinco personas en la casa de Florida, y a los demás en los alrededores, en una razzia indiscriminada. Torres y ‘Marcelo’ me demostraron que no era así, que todos los fusilados habían sido detenidos dentro de la casa. De este modo el allanamiento cobraba por lo menos cierta lógica y la conducta de Fernández Suárez, antes del asesinato en masa, se volvía más explicable. Con toda honradez lo hice constar en la primera oportunidad que tuve. Torres iba más lejos: admitía que él y Gavino estaban complicados en el motín, aunque no llegaron a actuar. Esta gente ha hablado conmigo con total sinceridad y me ha dicho quiénes eran los que estaban comprometidos: Torres y Gavino. Quiénes eran los que estaban simplemente enterados: Carranza y Lizaso. Quiénes eran los que no sabían absolutamente nada: Brión, Giunta, Di Chiano, Livraga y Garibotti. Quedando en la sombra, por falta de datos concretos, la actitud mental de hombres como Rodríguez y Díaz. Todo esto consta muy claramente en mi relato. En cuanto a Troxler y Benavídez, poco importa si estaban o no comprometidos, si estaban o no enterados: el único delito por el cual se pretendió fusilarlos fue que llamaran a la puerta de una casa”.