Fernando provenía de una familia tradicional de la ciudad de Rosario. Su padre era un médico muy prestigioso. Estudió en el Colegio Sagrado Corazón de Rosario. Comenzó su militancia en el Ateneo. Con sus compañeros se inició políticamente con las lecturas de “Cristianismo y Revolución”, “Envido” y apuntes de historia nacional. Con el tiempo se casó con Analía Arriola, una compañera oriunda de Villa Cañás (ver su registro), en la capilla “Cristo Obrero” con el cura Catena. Militante del peronismo montonero fue secuestrado-desaparecido (otros dicen, asesinado directamente) en el Parque 9 de Julio de Tucumán, a la edad de 27 años, el 16 de agosto de 1976. Su amigo (el “Negro” Pérez Cortés) lo recuerda así: “Conocí a Fernando en los años ’60. Eramos vecinos, amigos y compañeros en la quinta división de rugby de Universitario de Rosario. Era un tipo entrañable, cariñoso, alegre, gran amigo de sus amigos y un excelente ser humano. Formaba parte de una numerosa y linda familia y estaba especialmente unido a su hermana la ‘Mona’ –por Mona Lisa- Belizán, única mujer entre cuatro hermanos varones y mayores que ella (…) Pasó el tiempo y el día a día se hizo difícil. Si hay una imagen presente en mí, es la de la última vez que lo ví a Fernando. Fue en la compañía de seguros donde yo trabajaba, San Cristóbal. Me dijeron que alguien me buscaba en el mostrador, me arrimé y era Fernando. No duró mucho la conversación, me preguntó ¿Negro, te vas a España? Sí, le contesté; dentro de tres días. Me dijo: ‘Me parece bien, yo vine a despedirme, porque no nos vamos a ver más’. Nos abrazamos, se nos cayeron algunas lágrimas y lo acompañé a la puerta. No lo volví a ver”.