Roberto
Baschetti

Bevilacqua, Mario José

“Tito”. Nació en Buenos Aires en 1940 pero se crió en Mendoza por la actividad laboral de su padre. Luego regresan y se instalan en Ciudad Evita, partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires. Militante de la Resistencia Peronista. En el barrio todos lo conocían como “Fosforito” porque “era una luz” para todo. Para él cabe lo que César Marcos alguna vez dijo: “Nosotros, los peronistas de la primera resistencia, evitamos la repetición de Caseros. Sin permitir que se apagara, mantuvimos encendida la llama sagrada de Perón”. Precisamente, con la caída de Perón en 1955, los padres de Bevilacqua son llevados detenidos, al tiempo que Mario José estudia en una escuela industrial y paralelamente trabaja de radiotelegrafista. Por peronista será también él echado de ambos lugares, por lo que para contribuir a los ingresos familiares dará clases particulares de matemáticas y física. Pero sigue en política y es fundador junto a “Bechi” Fortunato y Mario Balsano, de la “Alianza de la Juventud Peronista”, sacando como medio de difusión unas hojas de la J.P. que editadas llevarán el nombre de “Chuza”. A partir de allí se va conociendo con otros compañeros con los que formaría la primera Juventud Peronista: los hermanos Rearte (Gustavo y Pocho), el petiso Spina, Felipe Vallese, “Tuli” Ferrari y cabría agregar en la lista que siempre será incompleta a “El Petitero” Tambascio, el “Ñato” Pagani y la violetera de la calle Florida. También participo el 26 de marzo de 1960 del asalto a un vivac de la Fuerza Aérea en Ciudad Evita. Dueño de un perfil serio, estudioso, luchador; su amigo y compañero de militancia Jorge Rulli, cuenta que: “Bevilacqua cuando hace el servicio militar obligatorio (en el Regimiento de Artillería de Azul, provincia de Buenos Aires) re-empieza una tarea de reclutamiento, de movilización, había formado una especie de ‘soviets’ entre los soldados, este muchacho peronista-nacionalista-rosista; tenía un talento para organizar…..estaba en Lobos y cuando desfilan, pasan frente a la casa de Perón que es ahora museo, él da una orden y todo el mundo hace un saludo militar; cuando el oficial a cargo se da cuenta los quería matar a todos, pero nadie se hizo cargo”. Muere en circunstancia extrañas en el cuartel. Para unos se le escapó un tiro que lo impactó de lleno; para otros actuó “Inteligencia Militar” y lo hizo pasar por un accidente. Lo concreto es que un tiro de su propia arma le atravesó la garganta el 26 de marzo de 1960 y lo mató con veinte años. Pedro y Andrés, los hermanos menores de Mario Bevilacqua, la misma tarde en que Tito era velado, buscaron y encontraron contactos para ingresar a militar en la Juventud Peronista. La muerte de Mario llevó a decir en el diarito “Trinchera”, órgano de la Juventud Peronista que había muerto un “Comandante de Guerrilleros”. Su deceso originó una sentida carta del general Juan Domingo Perón desde el exilio, dirigida a los padres de “Tito”, Don Ángel y Doña Elena, fechada en Madrid un 6 de setiembre de 1964. En una parte de la misma podía leerse: “En la lucha por la causa que hemos promovido, la sangre generosa de nuestros muchachos nos recordará siempre el deber de honrarla y a ellos, que la ofrecieron, los recordaremos siempre”.