“El Tano” Cambareri era un activista universitario en Abogacía. Venía de Acción Revolucionaria Peronista (ARP). Militante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) caído en combate el 26 de junio de 1971, cuando un grupo guerrillero copó el Instituto Correccional de Mujeres U-3 de Capital Federal para liberar a 4 compañeras presas. Entró al lugar con un documento trucho de abogado a nombre de Juan Carlos Bueno. Su esposa –Delia Begué- también militante peronista, desde la clandestinidad escribió a su familia: “Estos momentos de prueba son horriblemente duros para mí, mi pena es inmensa, he perdido un compañero sin igual, un marido excelente, un ser humano que merecía vivir para que pudiera dar todo eso que él era capaz de dar. Pero, paradójicamente, justamente a causa de eso mismo, era capaz de poner su vida en juego, al servicio de un ideal que nos era común, y es por ese ideal que ha muerto, como todos los revolucionarios que quieren construir un mundo nuevo y que están al servicio de la causa de los humildes, de la causa del pueblo (…) Mi marido murió dignamente, como un hombre de verdad, y como todos aquellos que lo precedieron, será un ejemplo para todos los que continúan la lucha…”. En su velatorio y camino al camposanto el cajón de Cambareri, estaba cubierto con una bandera argentina que el comisario Alberto Villar (por entonces Director General de Orden Urbano), furioso, arrancó de un tirón. Marcelo Ardeti, hijo de Enrique Ardeti (ver su registro) me hace llegar para incorporar a esta reseña la letra de una canción que un compañero de militancia de Cambareri musicalizara con su guitarra: “Te han volteado Bruno. Metralla enemiga, encuentra tu cuerpo junto a la vía y las compañeras que tu liberaste en llanto de adentro, en llanto de afuera por tu caída. Bruno que te vas peleando, caminito del martirio, nos dejaste tu pistola ya lo sabrá el enemigo”.