Militante de Juventud Peronista (JP) y Montoneros. Fue detenido en las proximidades de Bahía Blanca en un control de la policía caminera entre septiembre y octubre de 1976, cuando se movilizaba en un vehículo junto a su compañero de organización Pablo Francisco Fornasari. De allí es llevado al Comando del V° Cuerpo de Ejército. Por testimonios de sobrevivientes se sabe que permaneció durante muchas horas con los ojos vendados, parado y desnudo a la intemperie, rodeado de perros entrenados para atacar al menor movimiento de su parte. Luego fue trasladado al campo de concentración “La Escuelita” –también en Bahía Blanca- donde fue torturado salvajemente con picana eléctrica y otras atrocidades. Pese a estar sumamente débil, Juan Carlos Castilla era obligado a permanecer de pie, atados sus testículos a la reja de una de las ventanas de la habitación. En diciembre de 1976, aparece en el diario “La Nueva Provincia” (defensor del golpe militar) una noticia que lo da como muerto en un enfrentamiento militar (a todas luces fraguado). La camioneta que era de su propiedad –en la que se desplazaba al momento de su secuestro- quedó en poder de los militares que la usaban para transportar comestibles entre otras cosas, del cuartel al lugar de tortura.