“Beto”. “Valdi”. Nacido el 13 de enero de 1952 en Rafaela, provincia de Santa Fe. Tenía 3 hermanos más. Primario y secundario con los Hermanos Maristas. Siempre demostró condiciones para las artes plásticas, la pintura, el dibujo, la escultura. Estudiante de Arquitectura en la Universidad Católica Argentina (UCA) de la ciudad de Santa Fe. Allí conoce a su compañera María Rosa Argüello (Corrientes-Goya) con quien se casa el 12 de junio de 1974. Secretario Militar y responsable de la Regional Corrientes de Montoneros con el grado de oficial 1º, fue abatido en esa provincia por el Ejército el 6 de noviembre de 1976. Los diarios que informan escuetamente del enfrentamiento lo dan con otro nombre: Eduardo Isidro Colombo. Según los militares tomó parte de la operación que Montoneros llevó adelante con el fin de copar el Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa, el 5 de octubre de 1975. Su hermana acerca un fresco sobre su vida que emociona: “¿Qué tenía el Valdi de especial? Quizás su sencillez, su manera de compartir, su buen humor que hacía que nunca se enojara con nadie, todos lo recuerdan además como un tipo alegre, piola, divertido, aunque un poco tímido, que dejó todo para luchar por los demás. Trabajaba como fotógrafo (siempre con una Kodak colgada de su cuello), pero la fotografía era también un hobby que ejercitaba en todo momento: encuentros de amigos, asambleas, actos, manifestaciones. ¿Dónde estarán las fotos del Valdi? ¡Qué magnífico testimonio de una época serían si se lograra encontrarlas! En la Universidad fue formando su conciencia revolucionaria y ella fue la guía de su conducta, del trato con la gente, con los compañeros, de todo. Fue miembro de la conducción de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Sus ideales ocupaban todo su espacio interior y exterior, la idea del Hombre Nuevo, la justicia social. Tenía graves problemas para aceptar las injusticias y las diferencias sociales y esto lo llevaba cada vez más a involucrarse y comprometerse con el contexto histórico y político que lo rodeaba. Valdi murió peleando. Era bueno, pacífico, pero no soportaba la injusticia, el autoritarismo o la prepotencia. Era un tipo valiente y enfrentó a sus enemigos hasta la muerte. Fue en Corrientes el 6 de noviembre de 1976. Relata mi padre que uno de los militares que le entregó el cuerpo le dijo: ‘Señor Colombo, tiene que estar orgulloso porque su hijo murió como un valiente’; que terrible y paradójico ¿no?”.