Roberto
Baschetti

Taboada, Marta Angélica

Maestra y abogada. Marta Angélica Taboada de Dillon nació el 5 de agosto de 1942 en Capital Federal. Militante del Frente Revolucionario “17 de Octubre” (FR-17). Y también posteriormente en el Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA). Fue secuestrada-desaparecida el 28 de octubre de 1976 en Moreno, provincia de Buenos Aires, junto a sus compañeros de militancia Juan Carlos Arroyo –que también era su pareja- y Gladys Porcel, en una casa ubicada en la esquina de Santamarina y Chubut. Estaba embarazada de 7 meses (mellizas que murieron en el último parto) y dejó además cuatro hijos: “Mamá, en tu nombre y en el de todos los compañeros, defendemos la alegría de estar de pie y seguir luchando. No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos. Juicio y castigo a los genocidas y sus cómplices” dicen sus hijos (Marta-Santiago-Andrés-Juan) en un recordatorio aparecido en un matutino capitalino, el domingo 29-10-2000. Recuperados sus restos, el sábado 27 de agosto de 2011, se realizó en la localidad de Moreno un homenaje en su memoria que agrupó a mucha gente y que fue declarado de interés municipal. La consigna convocante era: “Ondearemos banderas subversivas para la liberación” en clara contestación a la provocación fascista del “cabezón” Eduardo Duhalde hecha días antes con motivo de las elecciones primarias. Hubo música, banderas y bombos. Un costado de la urna funeraria donde iban sus huesos ostentaba la figura de una Evita radiante a todo color, con el pelo rubio suelto, sonriente, con dos fusiles cruzados y la siguiente leyenda: “Hasta la victoria siempre” y una segunda, referida a Taboada: “mamá, abuela, hermana, amiga, amante, compañera”. Su hija, la periodista Marta Dillon expresó cuando invitaba al acto: “Esta es una invitación y una convocatoria a decir presente por todos y todas los desaparecidos para que se sepa que eran nuestras madres o padres, vecinos o vecinas, maestras o maestros, profesionales, obreros y obreras, estudiantes, parte de una sociedad que fue desangrada pero no se dejó vencer y camina desde entonces el largo camino de su recuperación. Espero de corazón que puedan acompañarnos”. La respuesta fue mutitudinaria.