“Chicho”. Nacido en Tartagal, Salta, el 28 de marzo de 1945. Fue contador del Municipio de Aguaray cuyo intendente fue nombrado por el gobernador Ragone; inclusive luego Ochoa fue intendente interino. Docente en la sede regional de la Universidad Nacional de Salta y en los colegios Santa Catalina de Bolinia y la Escuela de Comercio “Alejandro Aguado”. Sabiéndose perseguido por las FF.AA. debido a su militancia política, se muda a Córdoba capital, junto a su mujer Silvia Susana “Gigi” Blanc, también docente. Allí ambos son secuestrados-desaparecidos de su domicilio (que luego será saqueado) sito en Boulevard Chacabuco 237, Departamento 7. Esto ocurrió el 30 de septiembre de 1976 y Ochoa contaba con 33 años de edad. Ambos fueron vistos con vida y signos de torturas en el CCD Campo de la Rivera, cordobés. En ese sitio fueron fusilados el 15 de enero de 1977. Otilio Estrada lo recuerda a Ochoa de este modo: “Fue un gran compañero mío y amigo. Ya compañero desde la escuela secundaria. Contadores ambos, pusimos un estudio. Luego cuando la situación se le hizo insostenible se mudó a Córdoba, allá fue secuestrado y nunca más apareció (…) La muerte de Ochoa no se justifica como no se justifica la muerte de nadie. ‘Chicho’ Ochoa fue la expresión de una juventud de ese momento. Como cualquier chico acabó su secundario y se fue a estudiar a la Universidad en Córdoba, en su momento volvió, participó activamente de la Juventud Peronista, es decir, fue alguien imbuido de la política de ese momento, que quería los cambios que todos queríamos y ese era su ideal”. Y por esos ideales entregó la vida, agrego yo, en reconocimiento póstumo a su persona.