Hijo de Marcos. Nacido en Tucumán el 28 de febrero de 1957. Cuadro aguerrido de la estructura montonera en la provincia de Córdoba, cae cercado y combatiendo en la localidad de “La Serranita”, próxima a Alta Gracia. El III° Cuerpo de Ejército fue quien dirigió la operación de exterminio. Con él murieron otros valiosos compañeros. Ocurrió el 25 de marzo de 1976, un día después del golpe militar. Si bien rompió el cerco y trató de huir hacia la ciudad capital cordobesa, fue sorprendido en la ruta y ultimado junto a su compañera, Rosa Elena “Chochi” Ocampo. Tenía 18 años. Cuenta su madre que “Mario fue educado como un militante”. A los doce años ya era clandestino, porque su padre, Marcos, estaba perseguido por la dictadura militar de Lanusse. Y que cuando éste, cayó detenido y fue enviado a Rawson, la madre del “Pelado” tuvo la instintiva y explicable reacción de decirle a Marito -que tenía recordemos, 12 años-, que eso le había pasado al padre por no dedicarse a la familia y andar en cosas raras. El contestó que el papá no era egoísta, porque no pensaba solo en sus hijos, sino en todos los chicos, y que por eso luchaba. “Por eso lo quiero más”, agregó. En ese momento no quiso soltar ni una sola lágrima, pero cuando la abuela se fue, lloró toda la noche. El cuerpo de Mario Osatinsky fue enterrado en una fosa común del cementerio de San Vicente (Córdoba) y recuperado por su madre en julio de 2003 debido a la tenaz acción del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Tenía seis impactos de bala, uno en la nuca. Identificados sus restos, viajaron luego hasta el cementerio de la localidad de Yerba Buena (Tucumán) y envueltos en una bandera argentina con una estrella federal de ocho puntas, fueron colocados al lado de los de su padre.