Fue secuestrado junto a su esposa y compañera de militancia Cecilia Marina Viñas, el 13 de julio de 1977, aproximadamente a las dos de la mañana, en su domicilio de Av. Corrientes 3645, 9° “F” de esta Capital. Venían corridos de Mar del Plata. Ella había sido dirigente gremial del SMATA en esa ciudad; ambos militaban en Montoneros. Se los vió con vida en la ESMA antes de ultimarlos. Cecilia estaba embarazada de 7 meses al momento de su desaparición. En 1998, con 21 años de edad, su hijo Javier que nació en cautiverio y vivió con la familia adoptiva del marino y represor Jorge Vildoza (jefe del grupo de tareas represivo 3.3.2. de la Escuela de Mecánica de la Armada), conoció su verdadera identidad y se encontró con su abuelo y con los tíos y primos maternos que siguen viviendo en Mar del Plata. Un final feliz para una historia de horror. Le contaron que su papá, Hugo Penino, -caído con 29 años- había estudiado en el Colegio Comercial Nacional Mariano Moreno y después había cursado tres años en la Facultad de Ciencias Económicas; que jugaba el fútbol en Colegiales de la Primera B marplatense y que trabajaba en la empresa Fiat Ruca-Moar y también como electricista en Ford Copello. También, que se caracterizaba por ser un chico muy sensible… El 7 de diciembre de 2007, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se inauguró un mural en homenaje a su figura y demás personas de esa alta casa de estudios, asesinadas por la última dictadura cívico-militar que sufrimos.