Roberto
Baschetti

Adjiman, Leonardo Natalio

“Federico”. Fue uno de los pilares de la reconstrucción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en Córdoba. Quienes lo conocieron hablan de un “compañero sensacional”. Reunió fondos para su organización en la Docta a través de la planificación y puesta en marcha del secuestro del Gerente de la Coca Cola en esa provincia, el señor Oscar Castell, quien fue liberado el 2 de junio de 1973, previo pago del rescato acordado con la multinacional. Hermano de Jorge y Luis. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 66). Peronista Montonero a partir de la fusión. Tenía 28 años. También decide no entregarse con vida. Resiste hasta la muerte a la patota naval (G.T. 3. 3/2) que irrumpe en su casa de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, (calles Catamarca y Monseñor Chimenti), el 6 de septiembre de 1976. Con él cae en combate su esposa, Soledad Schjaer. En 1984 sus restos fueron exhumados e identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Julio César Rojo Luque en su inédito “Desde el exilio. Recuerdos de Militancia”, se refiere así a su compañero de militancia: “El ‘Fede’ era de la misma escuela, él me enseñó a leer la prensa, ‘siempre tenés que leer las cosas pensando a quien benefician. Así pocas veces te podés equivocar’. Recuerdo de su insistencia en leerlo a Perón, del que todos hablaban, pero pocos lo habían leído. Él le daba mucho valor a la formación integral de los cuadros. Leerlo a Althuser y su obra ‘La filosofía como arma de la revolución’. A Gramsci, a Mao, a Giap y su ‘Arte de la Guerra’, a Clausewitz y luego discutir la realidad política de lo que sucedía día a día, aplicando las bases del materialismo dialéctico en el análisis de la realidad cotidiana. Las lecturas preferidas del ‘Fede’ eran Jauretche, Scalabrini y los escritos del ‘Gordo’ Cooke, que para entender al peronismo eran indispensables para él. Y también un libro que le regaló otro gran compañero al que le decían, ‘El Pendejito’, un libro de poemas reos, en lunfardo, ‘La crencha engrasada’ de Carlos de la Púa”.