Roberto
Baschetti

Albamonte, Carlos

“Babi”. Falleció el 24 de julio de 2013 en un accidente automovilístico. El Movimiento Evita de La Plata, escribió esto en su memoria: “Babi queremos recordarte así con tu sonrisa, con las largas charlas compartidas, con tu fuerte abrazo al saludar, con tu brazo apoyado en nuestro hombro cuando sabías que lo necesitábamos, dándonos ese consejo con tu sonrisa cómplice mientras nos hacías caminar para aminorar la carga, con tus anécdotas de Nicaragua, de Holanda en tu época de refugiado. Reunidos con los compañeros, mientras nos apoyamos mutuamente, las palabras con las que te identificamos fueron: comprometido, leal, buen amigo, mejor padre, hincha del Lobo, peronista revolucionario, orgánico, alegre, inquieto, con mucha fe, siempre apostándole a los pibes. Consciente que la revolución se hace con afecto, alegría y humildad. Quremos recordarte así con un vaso en la mano, con tu mirada franca y la sonrisa en tus labios… ¡Hasta la victoria siempre compañero Babi!”. El 24 de agosto de ese mismo año, amigos y militantes le hicieron un homenaje “post mortem” en el Centro Cultural Comunitario Zona Oeste (Calle 156 entre 531 y 532. La Plata). Allí se podía leer un cartel que decía: “Militaste tu amor sin medias tintas y entregaste tu vida día a día. Nunca quisiste ser más que nadie y siempre estuviste donde hizo falta, poniendo mente y cuerpo y también espalda. Compañero del alma voy a extrañarte, aunque se que estarás siempre allí donde haga falta”. Luego de ese acto pudo leerse en internet escrito por Juan Pelitti: “Queridos compañeros. Quiero agradecer a todos los que estuvieron en el homenaje que hicimos al Babi Albamonte y muy especialmente a los que con su relato fueron dando pinceladas de los diferentes momentos que compartieron con él como compañero y amigo. De su adolescencia en el Colegio Nacional, de su militancia en los ´70, de su paso por el exilio en Holanda, de su militancia en Nicaragua, de su intento de regreso a la Argentina desde Bolivia, de su vuelta en la democracia y de su militancia en los últimos tiempos. Todos en diferentes momentos dieron testimonio de su entrega total y sin cálculos ni medidas, de su absoluta indignación con la injusticia, de su capacidad de confortar a los que sufren, de su solidaridad sin límites, de su capacidad para romper con amor las ataduras de la hipocresía y el protocolo poniéndonos de corazón a corazón. Por último, darle las gracias al Babi por su generoso paso por la vida, por su hermosa amistad y ejemplo de voluntad inclaudicable, de un optimismo contagioso, por su lealtad absoluta a nuestra causa, a sus compañeros y amigos. Debo agradecer a la vida por haber sido premiado con su amistad y de este modo junto con todos los que estuvieron presentes rendir tributo a quien en vida nos enriqueció el alma. ¡Hasta la victoria siempre Compañero Babi!”.