Militante de la Resistencia Peronista. Fusilado el 10 junio de 1956 en Lanús, por la dictadura militar de Aramburu y Rojas, luego de la intentona fallida de Valle por desplazarla del gobierno. Previendo ese fin dejó una sentida carta a su esposa Nélida y a su hijo Carlitos. “Al escribir estas líneas ya estamos a solo minutos de la revolución peronista que se levanta contra la más grande tiranía que avasalló con todas las garantías constitucionales de nuestra querida patria. Se que cuando recibas estas líneas yo estaré muy lejos de esta tierra, te habré causado el dolor más grande de mi vida, pero tu sabes cuánto te adoro, precisamente porque te quiero con locura a ti y a nuestro adorado Carlitos, es que voy a esta lucha, porque no concibo la esclavitud de mi pueblo que sería nuestra misma esclavitud y miseria. Tal vez no alcance a ver el maravilloso sol de la victoria, pero sí lo verás tu y el pequeño…”.