Roberto
Baschetti

Aloé, Carlos Vicente

Nació en el año 1900 en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, en el seno de una familia de agricultores. Rindió examen para trabajar en el ferrocarril –inglés, por entonces- y entró en los talleres para la limpieza de las locomotoras de Junín. Pero como desde muy joven se inclinó por los deportes, (jugaba al fútbol en el Club Sarmiento y practicaba boxeo en el Centro Inglés de esa ciudad), en 1919 es trasladado a Mendoza para prestar servicios en el ferrocarril Trasandino. Cambia su vida cuando en 1921 y ante una comisión que se hallaba en Mendoza, rinde examen y aprueba su ingreso en la Escuela de Suboficiales para el año siguiente, teniendo en el primer curso como Jefe de Compañía al entonces Teniente Primero Juan Domingo Perón. En 1930 realizó el curso de oficial de administración egresando con medalla de honor, primero en su promoción. Participó de la revolución de 1943 y también de la jornada histórica del 17 de octubre de 1945 que concluyó con la libertad de Perón. Colaborador directo de éste y Evita, cumple con diferentes cargos administrativos de relevancia –ver más adelante- en el gobierno electo por el voto popular, desde el 24 de febrero de 1946. En 1952 y siempre a través de elecciones, accede a la gobernación bonaerense en una fórmula peronista que completa el doctor Carlos Antonio Díaz (es importante para el que ahonde en este tema ver el papel técnico y ejecutivo que Aloé lleva adelante con respecto a la necesidad de propiciar el cooperativismo agrario). En septiembre de 1955, la ola revanchista lo lleva a ser detenido y permanece encarcelado por espacio de más de dos años sin causa alguna; luego es sobreseído por falta de méritos. En noviembre de 1957 se asila en Uruguay. Luego vuelve a la Argentina y se dedica a la actividad privada. Aloé falleció con el grado militar de Mayor de Intendencia (RE), el 26 de junio de 1979. Como bien dice el historiador Alfredo Mason: “Los gorilas habían inventado una serie de ‘chistes’ mediante los cuales mostraban a un hombre tosco, bruto y obsecuente. Algunos peronistas subjetivos –o sea, esos que son peronistas para adentro porque lo que dicen para afuera son goriladas- los repiten. Ambos, solo muestran su incomprensión y desprecio por quien supo ser un digno y muy leal compañero de Juan Domingo Perón”. Desde un punto de vista de su formación integral, Aloé podía considerarse un nacionalista católico, pero no como aquellos que en esa época todavía suspiraban con la Edad Media y un imperio español de ficción, sino que él, poseía la vivencia del chacarero y del peón de campo como la del trabajador urbano, y por eso se acercaba más a FORJA que al elitismo nacionalista y en ese contexto puede entenderse su admiración por el Brigadier Don Juan Manuel de Rosas; el mismo al que los liberales y oligarcas acusaban de tirano. Sigue diciendo Mason: “Su primera preocupación fue colaborar con el proceso de democratización del Ejército, por eso lo encontramos en las realizaciones de la Obra Social del Ministerio de Guerra para oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas; el otorgamiento a los suboficiales del derecho a votar; Régimen de Becas para los hijos de suboficiales para cursar estudios en los Liceos Militares. También colaboró en la redacción de la Ley 13.024 de Institutos Militares, que establecen que quedan a cargo de la Nación, los hijos de obreros, suboficiales de las Fuerzas Armadas, empleados y retirados cuyo ingreso no supere los 400 pesos mensuales y que aspirasen a cursar estudios en dichos institutos”. Ya como gobernador (1952-1955) y en función de tal, Aloé le dio mucha importancia a la educación y formación de los jovenes, redujo el analfabetismo del 13,6% al 8,9%; comenzaron a egresar maestros provenientes de hogares de trabajadores –urbanos y rurales- y se triplicaron los alumnos universitarios. Particular importancia, tuvieron en su preocupación las Escuelas Fábricas, pues su existencia estaba ligada al proyecto de industrialización y como salida laboral para los jóvenes de sectores humildes, y es así como se abren más de 50 de aquellas. Se crea el “tren cultural” que lleva manifestaciones variadas de nuestra cultura a los pueblos del interior de la provincia. El Teatro Argentino pone en escena óperas con cantantes y directores argentinos y extranjeros de primera línea. Ya en 1954, el gobernador Aloé realiza el primer homenaje oficial a los combatientes de la Vuelta de Obligado y publica su trabajo “Combate de la Vuelta de Obligado” (Buenos Aires, Ministerio de Educación, 1954) iniciando así una campaña para repatriar los restos de Juan Manuel de Rosas, tarea que se vio postergada por el golpe de Estado de 1955 y que recién se pudiera completar en 1989, durante la presidencia de Carlos Menem. Conocedor y defensor de nuestra historia nacional, publicó los libros “Grandeza y decadencia del federalismo argentino” (Buenos Aires, Leonardo, 1963) y tres años más tarde: “De Calfucurá a Yrigoyen”. Por último, cabe acotar, que en esa misma línea revisionista, publicó en 1970 un opúsculo titulado “Los Caudillos”, con una conferencia que durante la dictadura de Juan C. Onganía se le impidió pronunciar en su Chacabuco natal.