“Pampero” Alvarez García tenía 26 años al momento de su secuestro. Casado, con dos hijas y una tercera en camino. Estudiaba Derecho en la Universidad Nacional de Tucumán donde trabajaba además como empleado en la imprenta de la Facultad de Derecho. Delegado del comedor estudiantil. Militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Vivía en las afueras de la ciudad capital en un barrio alejado de la misma, donde militaba y daba refugio a compañeros perseguidos. El 21 de agosto de 1976 fue detenido en su domicilio de la calle Libertad 556, del Barrio Ciudad de Nieva en la ciudad de San Salvador de Jujuy, por dos personas de civil armadas que lo llevaron al Regimiento de Infantería de Montaña 20 (RIM 20) donde se perdió su rastro. Sigue “desaparecido”. En julio de 2012 comenzó el juicio por su asesinato. Inés Peña, su mujer y compañera de militancia relató el secuestro de su marido e identificó a uno de los acusados como cabecilla del operativo (el militar Mariano Rafael Braga). Y dijo: “Tengo confianza en el valor de la justicia que hizo posible tener esta sala a los perpetradores de la vida de nuestros familiares; la dictadura atroz quiso silenciarnos y no pudieron. Teníamos un proyecto político definido, no eran utopías, yo sigo sosteniendo que la única manera de vivir con dignidad es la lucha”