“Piquillin”. Nació en San Pedro, Jujuy, el 10 de julio de 1943, zona zafrera de pobreza extrema. Creció en Palpalá, donde su abuelo enfermero fue sindicalista de la Sanidad, gremio que ayudó a fundar y él mismo, estudiante trunco de Medicina en Córdoba. Entre 1966 y 1969 fue conducción de la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP) de Jujuy y en 1970 se sumó al Frente Revolucionario Peronista (FRP). En el ’66 pasó por Cuba y quedó vivamente impresionado por los logros de la Revolución Cubana. En 1967 regresó a Jujuy y se casó con Sofía D’Andrea –que con el tiempo también ella sufrió persecuciones, cárcel y exilio- comenzando a trabajar en la proveeduría de los Altos Hornos Zapla, empresa siderúrgica estatal. En 1968 nacieron las mellizas María Eva y Sofía. Conjuntamente con un grupo de compañeros editó una publicación: “El Tábano”. La primera vez que cayó en cana fue en julio de 1969 por asaltar a un carnicero que le hacía firmar vales por la carne que daba, a los trabajadores y luego cobraba usureros intereses por la misma. Por esa acción estuvo 6 meses detenido. Siguió en la lucha y lo volvieron a encarcelar. En septiembre de 1971 se fugó de la cárcel provincial, fue re-apresado y alojado en el Penal de Rawson, Chubut, en 1972. De ahí salió con la amnistía presidencial al año siguiente, pletórico, sonriente, iluminado, con el brazo extendido haciendo la V de la victoria. Y con el gobierno popular fue designado Director del Archivo Histórico de Jujuy. Al respecto, adhería al revisionismo histórico que daba su justo lugar en la historia, a los caudillos federales y ponía en la picota a “próceres” intocables como Rivadavia, Mitre y Sarmiento entre otros. Aprovechó sus largas estadías en la cárcel para leer mucho, entendió el marxismo como una herramienta de conocimiento histórico y así es, como fue promotor de la unificación de sectores de izquierda del peronismo: del Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17) con el FRP, fusión que dio como resultado el Frente Revolucionario “17 de Octubre” (FR-17), el 25 de mayo de 1975 y del cual fue un caracterizado militante. Lo conocían como “Negro” ó “Chango”. Sufre un intento de secuestro por parapoliciales en Jujuy, el 22 de febrero de 1974. Clandestino en la gran ciudad, fue secuestrado-desaparecido el 28 de octubre de 1976 en su casa de la localidad de Moreno (calle Claudio María Joly N° 143), provincia de Buenos Aires, junto a Marta Angélica Taboada y Gladis del Valle Porcel. En el transcurso del allanamiento fue herido de bala por sus captores. Antes de su “traslado” fue visto en los campos de concentración “Banco” y “Club Atlético”, conjuntamente con el compañero Jorge Di Pascuale, dando esperanzas y reconfortando a otros cautivos. Lo asesinaron en febrero de 1977. Sus restos fueron inhumados en una fosa común del cementerio de Avellaneda e identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) el 1° de julio de 2009. Recuerdo que, cuando estaba detenido en Rawson, durante la dictadura de Lanusse, (2-4-73), le escribió a su querido padre: “Que tantos esfuerzos y sacrificios de los que buscan la verdad y la justicia, de los que han regado con el amor que brotó de las heridas por los humildes y olvidados, dé sus frutos y podamos reunirnos en la felicidad de la patria que anhelamos”. Dejó las dos hijas anteriormente nombradas, que son fundadoras, de la Agrupación HIJOS en Jujuy y La Plata. María Eva Arroyo el 19 de abril de 2018 por primera vez tuvo que declarar delante de un tribunal por el asesinato de su padre. Contó la anécdota del carnicero. Recibió una advertencia del juez que intentó cortar el relato: “Ese es un hecho común. Le pido que se atenga a los hechos del juicio”. Ella contestó: “La riqueza de los juicios orales es contar quién era cada uno de ellos. Mi papá tuvo una vida. Este lugar donde estoy sentada me lo gané yo, nosotras, las mujeres, que tuvimos que allanar el camino. Hoy me voy a tomar todo el tiempo que necesite para contar quien era mi padre”. El juez tuvo que aclarar: “Tengo un absoluto respeto por usted y por todos los que están acá”. Y siguió ella hablando.