Roberto
Baschetti

Arroyo, Ricardo Valerio

Nació el 29 de noviembre de 1949 en el departamento Juan Bautista Alberdi de la provincia de Tucumán. A la edad de 28 años fue secuestrado-desaparecido a las 2 de la madrugada, del 4 de julio de 1978, de su domicilio sito en San Martín y Las Rosas, City Bell, La Plata, provincia de Buenos Aires. Era delegado gremial en el Frigorífico Swift y laboraba en el sector de “Extractos”. En el libro de Jorge Drkos (“Las vidas que nos faltan”), puede leerse: “La dictadura implantó el plan económico de Martínez de Hoz y entre otras medidas de entrega del patrimonio nacional, decidió privatizar la empresa. La misma fue adquirida por el Grupo Huancayo, liderado por le empresario Rodolfo Constantini. El objetivo era optimizar las ganancias al menor costo, lo que implicaba disciplinar y reprimir al activismo gremial via despidos, persecución o detención y más trabajo con menos personal. La nueva gestión asumió el control de la planta el 15 de octubre de 1977. Las primeras medidas implementadas fueron ampliar la jornada laboral a 9 horas, realizar traslados arbitrarios de sección o de turno y quitarles a los trabajadores la bolsa de carne que antes se incluía en la remuneración. Estas decisiones generaron ls reacción de los trabajadores que a pesar de la represión existente dentro y fuera de la empresa, denunciaban las condiciones de trabajo y la pérdida de salario. Por ejemplo, el ‘Peronismo de Base de Swift’ repartía un volante que reflejaba la situación descripta más arriba. En el ’78 los obreros desarrollaron formas puntuales y específicas de lucha, similares a las adoptadas por el resto del movimiento obrero en este período, basadas en quites de colaboración y/o paros parciales por sección (…) Los sectores ‘colaboracionistas’ de la burocracia sindical estigmatizaban (como ‘zurdos’, ‘montos’, ‘trosko’, ‘bicho colorado’) a todo trabajador sospechoso de tener ideas políticas de izquierda, que reclamara mejoras en las condiciones laborales o salariales. Arroyo no era de callarse, si había que reclamar reclamaba, si había que defender a algún compañero lo hacía, si había que protestar, protestaba. La patronal respondía pasando a las fuerzas de seguridad informes con nombres y domicilios de los empleados que, según sus intereses, causaban problemas”. En ese escenario de confrontación se lo llevaron a Arroyo; “tres días después Manuel Tomás González estaba trabajando en su taller de chapa y pintura en Punta Arenas y Montevideo de Berisso, cuando personal de la Marina lo secuestro. Por último, esa misma noche, Marcelino Vera desapareció de su hogar en Villa Elvira. A estos tres tucumanos los unía la amistad y la militancia en el peronismo. Los tres continúan desaparecidos. Aún esperan justicia”.