Roberto
Baschetti

Astiz, Eduardo Marcos

Hermano del anterior. Inició su militancia en la ciudad de Buenos Aires en 1969. A partir de 1971 desarrolló su actividad como militante peronista en los frentes de masas correspondientes a las villas miserias y casas de pensiones e inquilinatos; por lo que entre 1972 y 1975 intervino en numerosos conflictos y movilizaciones de esos sectores, participando en la conformación del Movimiento Villero Peronista (MVP) y el Frente de Lisiados Peronistas (FLP). Esta práctica determinó que Montoneros lo designara responsable político del Movimiento de Inquilinos Peronistas (MIP) y del MVP de Capital Federal. Integrante del Ejército Montonero y de las Tropas Especiales del mismo, conocido como “El Pelado Carlos”, luchó desde un principio contra la dictadura militar videlista. Durante 1977 fue representante del Movimiento Peronista Montonero (MPM) nada menos que en el Chile de Pinochet, cumpliendo funciones en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Volvió al país para la contraofensiva de 1978/79 y protagonizó una serie de hechos de resistencia política y armada que no pudieron ser neutralizados por el enemigo. Fue durante 1979, precisamente, que desarrolló tareas en las Tropas Especiales de Agitación (TEA) encargadas de la transmisión de Radio Liberación-TV que tuvieron destacada participación en conflictos sindicales del Gran Buenos Aires. Una vez cumplido su objetivo salió por Bariloche vía Chile. En febrero de 1980 se separó del Movimiento Peronista Montonero para integrarse a “Montoneros 17 de octubre”. Vivió en México y siendo artista plástico, pintó murales además de ser crítico de arte. Paradojas del destino, resultó ser primo segundo del “Ángel de la Muerte”, el marino Alfredo Astiz. Y con el mismo grado de parentesco y por parte de su madre, del represor y torturador en Córdoba, Enrique Pedro Mones Ruíz, oficial de Éjercito, luego adscripto al sector “carapintada” de la fuerza. En el año 2005, Eduardo Marcos Astíz, dio a conocer un libro de su autoría que relata de forma brillante su paso por la contraofensiva montonera: “Lo que mata de las balas es la velocidad” sería su título. A partir de los prolegómenos para la aparición del mismo, el querido “Pelado Carlos” me privilegió con su amistad y la pasión compartida por los colores azul y oro de Boquita. Víctima de un ataque al corazón falleció en la capital azteca –donde seguía residiendo- el 17 de septiembre de 2006.