Nacido en 1954 en Santa Lucía, Corrientes. Agricultor tabacalero. Militante en las Ligas Agrarias Correntinas y en Juventud Peronista. Hablaba perfectamente guaraní además del español. Detenido en marzo de 1977 en San Martín, provincia del Chaco. La familia recibió un radiograma que decía que estaba detenido, solicitando ropas para el preso y la presencia de su tío Juan que era abogado para su defensa. Pero dos días más tarde, un ex comisario amigo de la familia, hizo saber de otro parte donde se informaba que Miguel “se había fugado del lugar de detención”. Burda maniobra para ocultar un asesinato. Ávalos, leía mucho, gustaba de la revista “Transformaciones” que lanzaba el Centro Editor de América Latina (CEAL), sobre la problemática política y social. Cuando el presidente de facto Lanusse fue en julio de 1972 a esa zona tabacalera se lo vió a Ramón con un cartel que decía: “Sr. Alejandro Lanusse, si va a mentir, no hable” para luego agregar a viva voz: “No es posible que estén explotando de esa manera a la gente, trabajan desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche sin parar, para terminar el año sin ningún peso”. Con otros compañeros hizo un trabajo medular y profundo sobre la producción de tabaco en la zona. Ya en la J.P. fue uno de los propulsores en la zona para aunar voluntades en 1972 detrás de la consigna “Luche y Vuelve”. Cuando iba al colegio lo hacía luego de trabajar en Santa Lucía cosechando el tabaco, llegaba al aula a dedo o caminando y después hacía sus deberes y lecturas a la luz de una vela. Si eso no es hacer patria…Su compañera de estudios Stella Maris Ginocchi, en el Colegio Alberti, rememora que: “En esa época no escuchábamos música en inglés, no íbamos a los boliches, no recuerdo haber ido a un boliche jamás. Lo que hacíamos eran guitarreadas, nos juntabamos entre nosotros… como la mayoría eran chicos de la zona rural, nos juntábamos a leer, a charlar, a escuchar música. Hacíamos documentales sobre las Ligas Agrarias, documentales con diapositivas fabricadas con radiografías viejas. Y los pasábamos para difusión. Quizás otros chicos iban a bailar, no digo que hicieran mal, pero para nosotros era una pérdida de tiempo”.