“Nano”. Nació en Pellegrini, provincia de Buenos Aires, el 24 de octubre de 1948. El lugar de nacimiento era una pequeña localidad rural en la inmensa llanura pampeana. Su padre fue tambero. Militante en el Peronismo de Base (PB). Luego de Juventud Peronista de las Regionales. Maestro. Discípulo de Paulo Freire. Coordinador de la Campaña de Reactivación Educativa de Adultos para la Reconstrucción (CREAR) durante el gobierno de Héctor J. Cámpora. Detenido en Neuquén el mismo día del golpe de Estado (24/3/76) por ser secretario parlamentario de la diputada de la Juventud Peronista René Chávez. Torturado en Policía Federal, la cárcel U9 de Neuquén, Rawson y Caseros, por la reacción oligárquica, perdió la audición de ambos oídos. Se exilió en Roma, Italia, haciendo uso de la opción para salir del país, el 17 de febrero de 1978, gracias a la gestión que sobre él hizo, el obispo Jaime de Nevares. Al volver a la patria fue docente en una escuela de adultos mapuches en un paraje cercano a Loncué: “Con los mapuches aprendí más de lo que enseñé”, dijo sabiamente. Trabajó en el área de formación docente de la Universidad Nacional del Comahue, desarrollando en forma paralela funciones sindicales en la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) y en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) neuquina. Falleció entre nosotros el 19 de febrero de 2023. El escritor Guillermo Saccomano que lo conocía a Balbo por haber hecho el servicio militar juntos a los 21 años, relató la vida de Nano en un excelente y hermoso libro titulado “Un maestro. Una historia de lucha, una lección de vida” editado en 2011. Además, en vida, la Universidad Nacional de Luján, lo distinguió a Balbo con el doctorado Honoris Causa debido a su trayectoria. Balbo también fue el primer testigo del juicio en el que se juzgó al ex agente de inteligencia Raúl Guglielminetti –que fue quien lo detuvo en el ’76- y a otros 23 represores más; ocurrió en marzo de 2012.