Hermano de María Rosa Baronio (ver su registro). Alberto nació el 2 de julio de 1952 en Elortondo, provincia de Santa Fe. Vivió en el campo junto a sus padres. La primaria la hizo allí y la secundaria en Chovet, un pueblo que quedaba muy cerca. Luego se fue a Santa Fe a estudiar Ingeniería Química. Era una persona muy especial y querida por todos; tenía mucha bondad, era callado e inteligente. “El cuerpo de hombre quería desmentirle a la cara de pendejo con la que ‘el Albertito’ llegó a la facultad de Ingeniería Quimica (FIQ). No hubiera cabido llamarlo Alberto, tenía que ser el diminutivo. Como se llama al amigo que se quiere. Ni cuando quería ponerse malo le salía cara de hombre. Era eso, un pendejo buenazo. Ni bien ingresó se sintió cómodo, discutiendo y participando del trabajo político del Ateneo de la FIQ. Después aprendió a tocar la guitarra. Una amiga le enseñó el ‘abc’. Las ganas y su sentir lo llevaron a largarse en las peñas. Le gustaban las milongas sureñas que hacía el ‘Pepe’ Larralde y las tocaba lindas. Cuando un tema lo enojaba se le inflaba la vena del cogote. Y de ese enojo casi siempre salía comentando los descuelgues de la izquierda teórica. Su paso por las fuentes escritas fue tras haber caminado una práctica revolucionaria diaria en el barrio, en el comedor universitario, en las asambleas. Era una persona simplemente alegre, simplemente feliz, sin vueltas. Comprometido con su tarea cayó con su compañera, víctimas de la represión. Chau pendejito… la simpleza hizo bellos los poemas de Benedetti… la simpleza de tu alegría militante es la que te tendrá en nuestra memoria” dijo Tatú desde Canadá. Como cuadro de la organización político-militar Montoneros, cayó en combate a la edad de 24 años. Fue cuando las fuerzas represivas intentaron secuestrarlo, junto a su compañera (Mónica Teresita Somasco. Ver su registro), de la vivienda sita en la calle Agustín Alvarez 1147 de la localidad de Zárate, provincia de Buenos Aires. Ocurrió el 21 de abril de 1977.