Nota del diario “La Mañana” de San Carlos de Bolívar, de fecha 5 de abril de 2020. “María Ester Behrens, nació en Bolívar un 25 de Julio de 1951. Vivió toda su infancia junto a su familia en la esquina de Borge 96. Fue a la ‘escuela de monjas’ y allí se recibió como maestra, una profesión que continuaría durante muchos años de su vida. Al terminar la escuela secundaria se mudó a La Plata para estudiar la carrera de psicología. En La Plata conoció a Carlos Esponda, su compañero con quien tuvo dos hijas. Carlos y María eran militantes peronistas y fueron víctimas del genocidio. Ambos fueron detenidos el 29 de junio de 1977. A María Ester la liberaron. Carlos Enrique Esponda (ver su registro) continúa desaparecido. La fotografía que ilustra este registro los muestra a ambos. Durante la dictadura, María Ester se refugió junto a sus hijas primero en la ciudad natal de Carlos, pero en 1982 volvió a Bolívar, a vivir con su madre y sus hijas. Trabajó como maestra en el Colegio Cervantes. Algunos años después decidió radicarse en Mar del Plata para terminar sus estudios. Se recibió como psicóloga y comenzó a desarrollar su profesión en distintas ciudades donde se fue a vivir: primero Posadas y luego en La Plata, donde vivió hasta su muerte. En la ciudad de La Plata la recordaron familiares, amigos, colegas, y le brindaron su reconocimiento por su trabajo y su compromiso por la memoria, la verdad y la justicia. Desde el Espacio de Memoria Ex Comisaría 5ta de La Plata, donde ella estuvo detenida desaparecida, la recordaron diciendo que ‘Los que tuvimos la suerte de conocer a María Ester Behrens la quisimos desde el primer minuto, en su voz pausada y alegre de cada palabra amorosa, en la firmeza tierna y dolorosa con la que nos narró su historia, con pasos sorpresivos de recuerdos y silenciosas virtudes. Hoy la despedimos con la misma ternura que ella nos dio en cada encuentro’. La Comisión Provincial por la Memoria también la recordó expresando su profunda tristeza por el fallecimiento de María Esther Behrens, incansable luchadora por los derechos humanos. En 1998, cuando la Cámara Federal de La Plata puso en marcha los juicios por la verdad, María Esther fue la primera persona en declarar. Aquel día los jueces esperaban que diera testimonio por su compañero desaparecido durante la última dictadura, Carlos Esponda. Pero cuando María Esther comenzó a hablar, a recordar, y a narrar, el tribunal descubrió con sorpresa que ella también había estado detenida desaparecida. Ese día su testimonio marcó con impronta personal el rumbo del juicio por la verdad. La posibilidad que ese espacio significó, a lo largo de los años, para que otros hechos, otras víctimas y otros responsables emergieran necesariamente para poder comprender de manera profunda hasta qué punto la dictadura militar marcó la sociedad argentina”.