Tenía 24 años. Italiano de nacimiento. Trabajaba en la Facultad de Medicina en La Plata, en el comedor. Ahí conoció a su pareja, estudiante universitaria en dicha carrera y oriunda de Mendoza. También trabajaba como temporario en empresas de servicio de la Base Naval como peón de albañil en la construcción. Militante del peronismo combativo se compromete en la lucha por la liberación nacional y empieza a ser intensamente buscado por la dictadura. Le dice a su familia que se va a cuidar pero que si le pasa algo se preocupen por cuidar a Romina Eva, que era su hija y a la que llamaba Evita. Fue secuestrado junto a su esposa Celia Vallejo el 23 de julio de 1976 en Punta Lara, en las inmediaciones de La Plata, cuando transitaban por la vía pública. Se los llevaron a los dos, y a su hija que tenía un año y medio, la dejaron tirada, desnuda entre los pastizales ya que le habían sacado la ropa buscando vaya a saber que. La pareja estuvo junta en un centro clandestino de detención y conjuntamente fueron torturados. Antes de que se lo llevaran por última vez a los tormentos, le dijo a la madre de su hija: “Yo voy a entrar a ahí pero no voy a volver. Vos vas a salir para cuidar a nuestra hija”. Nunca más se supo de él.