Roberto
Baschetti

Bertelli, René Jesús

Estuvo ligado con Nora Lagos (ver su registro) al periódico rosarino “Soberanía” en 1957. Integrante de la Resistencia Peronista, formó parte del grupo armado peronista de Taco Ralo, denominado precisamente Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), siendo él, la persona indicada por la organización para comprar el terreno en Tucumán donde se asentaron los guerrilleros. En octubre de 1969 pidió asilo político en la embajada mexicana en Buenos Aires asistido por los doctores Agustín Rodríguez Araya (UCR) y Edgar Saa (PJ). Estaba acusado por autoridades policiales de ser partícipe del asalto al Banco de Londres, sucursal Rosario ubicado en Córdoba y Alvear de esa ciudad, pese a que el tesorero y uno de los empleados bancarios no lo reconoció entre los asaltantes. Para poder llegar a destino diplomático y burlar la persecución policial viajó desde Rosario a esta capital e hizo uso de un ingenioso ardid, viajando en una ambulancia, previo vendaje de su cabeza, simulando una intervención quirúrgica. En esos momentos tenía 34 años y dos hijos, uno de 11 años y otro de 4 meses. El asilo le fue concedido. Pero el que tiene la posta de porque las fuerzas policiales lo buscaban con tanto ahínco a Bertelli, es Horacio Verbitsky y lo explica en su libro “Ezeiza” muchos años más tarde: “Norma (Kennedy) se separó de (José María) Aponte y se fue a vivir con Alberto (Pocho) Rearte. En 1962, Aponte aguardaba a un compañero en un taller mecánico de la calle Gascón al 200 (donde había un depósito de gelinita y armas), que fue copado por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que invadió sin aviso la jurisdicción de la Policía Federal. Se llevaron a Aponte y montaron una ratonera con dos sargentos, en espera de quien llegara a la cita. René Bertelli llamó por teléfono antes de ir, se dio cuenta que el sargento que lo atendió no era Aponte, entró por los fondos de la casa, tomó por sorpresa a los dos policías y los mandó al otro mundo. ‘¿A quién esperabas, hijo de puta? Le preguntaban en la Brigada de San Martín al detenido Aponte, con una curiosidad que la muerte de los dos sargentos tornó imperiosa. Al preso se le ocurrió que podía matar dos pájaros de un tiro: impedir que siguieran castigándolo y vengarse del hombre que se había ido con su mujer. Terminó por confesar que esperaba a Alberto Rearte. La policía lo buscó, pero no lo encontró. Aponte los ayudó a buscarlo. ‘Su íntimo amigo se llama Felipe Vallese’, les sugirió. Asido a un árbol de la calle Canalejas en Caballito, Vallese resistió el intento de secuestro hasta que los culatazos en la cabeza le hicieron abrir la mano. Nunca reapareció”. Lógicamente la policía siguió investigando y uniendo cabos sueltos hasta que encontró la pista perdida: René Jesús Bertelli y fueron por él como se precisa anteriormente.