Oriundo de Pergamino, provincia de Buenos Aires, donde nació un 13 de diciembre de 1952. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) en Ingeniería de La Plata, donde era un estudiante avanzado de Ingeniería Electrónica y también fue candidato a presidente por la Lista Azul y Blanca en las elecciones estudiantiles. Asesinado por las fuerzas represivas junto a su esposa (presuntamente) embarazada, Adriana Ortega de Bianconi (ver su registro), el 17 de diciembre de 1976, en la ciudad de La Plata, a la edad de 24 años. La madre pudo recuperar su cadáver, luego de las gestiones llevadas a cabo por un amigo del padre de José Luis, que estaba en la Armada, ya que los represores no querían entregar los cuerpos a pesar de haber salido los nombres de José Luis y Adriana, en radios y diarios como parte de guerra del Ejército, hablando de un supuesto enfrentamiento. El certificado de defunción lo emitió la policía platense hablando de dos N.N.
A pesar de eso y por ser muy conocida y respetada la familia Bianconi en Pergamino, se les dio sepultura con sus nombres verdaderos, La pareja se había casado en La Plata, en la Iglesia del Pilar, el 21 de agosto de ese mismo año. Su compañero de militancia, Jorge Layana, dice sobre él: “Bianconi es un compañero que admiré y quise mucho. Lo recuerdo porque era alto y con un asomo de calvicie futura. Pero sobre todo lo recuerdo, porque enfrentó desde un principio y con todas sus fuerzas a la dictadura entronizada el 24 de marzo de 1976. Fue un héroe de la resistencia”. Edgardo Herrera se suma al recuerdo por José Luis Bianconi: “Creo que mejor que hablar de cómo murió, sería hablar, de cómo vivió. Excelente alumno en el secundario, fue escolta de la bandera y siempre me distinguió con su amistad. Fue activo miembro de un grupo de la Iglesia denominado ‘Ateneo la Merced’, donde participábamos en campamentos (era muy buen nadador) y en discusiones sobre documentos de los curas tercermundistas. Como en todas las cosas que participaba, lo hacía con mucha pasión, pero no iba al choque, prefería el consenso, el convencimiento, la charla, el diálogo y aunque no era de muchas palabras, mostraba ideas firmes y concretas. Su carrera universitaria la comenzó en la UBA de Buenos Aires y al poco tiempo se pasó a la UNLP, siempre en Ingeniería. Allí se puso de novio con Adriana que fue su compañera de la vida; ambos comulgaban con los mismos ideales y se tenían mucho amor y soñaban con tener descendencia y poder darles a sus hijos un mejor país, más solidario y equitativo. José Luis tenía una excelente relación con su padre con quien hablaba mucho y éste le ayudó, suministrándole materiales para trabajar en electricidad cuando se casó. Para su madre era el único hijo varón (tenía 3 hermanas) y por ende el mimado. Puedo afirmar que José Luis y Adriana no querían ser partícipes de un país egoísta; deseaban poder realizarse junto a todo un pueblo, polifacético pero fraterno y equitativo. No se consideraban luchadores sino simples trabajadores para lograr ese objetivo. Sin ser grandilocuentes, su labor quedó grabada en cada lugar donde participaron en forma desinteresada, comprometida y apasionada en los hechos de su acción diaria. Su existencia estuvo llena de proyectos y sueños, ganas y acciones, de ilusiones, pero nunca de muerte. Por eso creo que es mejor recordar su trayectoria por la vida, que la muerte cobarde que le reservaron sus asesinos”. El 22 de noviembre de 2019 se instaló una Baldosa por la Memoria en la Escuela Normal de Pergamino, establecimiento educativo donde José Luis cursó el ciclo primario.