Roberto
Baschetti

Bluma, Pedro Omar

“Pelusa”. Nacido en Rosario, provincia de Santa Fe en 1941. Militante peronista desde la misma etapa que fue reconocida como “la de la Resistencia”. Participó de la lucha contra las dictaduras y proscripciones que sufrió el país desde 1955, integrando las instancias políticas y/o gremiales donde se desarrollaba la confrontación. Fue dirección del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) en su ciudad natal. Formó parte de la CGT de los Argentinos y participó de los plenarios sindicales de La Falda (1957) y Huerta Grande (1962), como así también de la Comisión de Movilización de Rosario por el regreso de Perón. En 1971 tuvo la enorme satisfacción de ser recibido por el propio General Perón en Madrid; guardó para siempre de aquel memorable encuentro en Puerta de Hierro una foto de ambos posando para la posteridad. Fue periodista del diario Hoy durante su efímera existencia entre 1969/1970. Sumó su esfuerzo y a su agrupación (MRP) en la creación del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), herramienta política que permitió al peronismo, ganar las elecciones presidenciales del 11 de marzo de1973. La persecución ideológica de la que fue objeto lo obligó a exiliarse en Paraguay en julio de 1976, junto a su compañera de vida y militancia Berta Temporelli, durante la última dictadura cívico-militar. Temporelli vale acotar es autora del libro Una piba peronista. Barrio Tablada / La Resistencia. (Rosario, 2018. DelRevés). Bluma antes del regreso de la democracia (1981) vuelva a la patria y es presidente del Bloque de Concejales Justicialistas de Rosario entre 1983 y 1985 haciendo gala de su hombría de bien y su visión de dirigente político con vocación frentista. Será también en 1985, que junto a otros dirigentes del arco político funda el “Llamamiento de los 100 para Seguir Viviendo” donde se bregaba por la paz en el mundo y la defensa del medio ambiente como única manera de darle protección a los más débiles y desprotegidos. Menemismo de por medio amenazante, durante la década del ’90 enfrentó los embates de las privatizaciones y el neoliberalismo a ultranza que intentó desmembrar a nuestra nación. Como bien dice la Cámara de Diputados de Santa Fe, en su proyecto de declaración y homenaje –post mortem- a su persona, fue un “defensor de los Derechos Humanos, compuso todas las comisiones donde lo convocaban en ese camino de Memoria, Verdad y Justicia; acompañando madres, realizando denuncias y reclamos. Por eso lo convocó la cruzada que protagonizó el presidente Néstor Kirchner y desde allí también actuó pese a la enfermedad que lo aquejaba, siendo su último acto militante encabezar la marcha del 24 de marzo de 2004, falleciendo meses después, el 19 de mayo de ese mismo año. Injustamente, no pudo vivir con intensidad este nuevo proceso que se iniciaba”. Su trayectoria límpida y su desprendimiento personal, queda evidenciada en su testimonio de vida, cuando desde el llano nunca tuvo ningún privilegio –que jamás hubiera aceptado- ni fortuna personal alguna.