Nació el 23 de julio de 1951 en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Estudio en el colegio Don Bosco y siguió el profesorado de Psicología en el Instituto Juan XXIII de los curas salesianos. Presidió el Grupo Misionero Bahiense. Fue integrante de la Juventud Universitaria Católica del lugar. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) e integrante del gremio de no docentes de la Universidad Nacional del Sur. También militó en el frente barrial de Juventud Peronista en Villa Nocito. Ya en 1970 los servicios tomaron nota del militante de 19 años que al frente de una asamblea repudió a dos marinos que le sacaron el micrófono de las manos al sacerdote DuilioBiancucci mientras leía una carta de otro religioso para desmentir acusaciones de subversión y comunismo. Los estudiantes del Juan XXIIII, en un comunicado que firmó Bombara, se solidarizaron con el cura y “con la doctrina social de la Iglesia, que, sin fanatismos ni compromisos dudosos, realiza, a pesar de ciertos opositores, su auténtico compromiso evangélico”. La directora del diario bahiense “La Nueva Provincia”, Diana Julio de Massot, ya pedía sin reparos “que alejen de las filas del clero a esos falsos profetas que difunden su nefasta prédica desde los propios seminarios, universidades, movimientos y grupos católicos”. Bombara fue secuestrado por policía provincial y Ejército en la ciudad de Bahía Blanca el 19 de diciembre de 1975, en la vía pública. Se lo acusaba de emboscar a una camioneta militar para recuperar armas. Esa acción (15-12-75) había sido reivindicada por Montoneros y en el hecho habían muerto un cabo primero y un soldado conscripto. Bombara fue torturado hasta la muerte y luego el Ejército mintió, diciendo que Daniel se tiró esposado de un coche, se mató por las heridas recibidas y luego que, su cadáver lo robaron sus compañeros “extremistas” (2-1-76). El juez Federico Madueño –cómplice de la dictadura- avaló todo lo dicho por la “autoridad militar” y sin más archivó la causa. Pero esta historia concluyó, como dice Adriana Meyer en una nota periodística del 26-3-2013, en “Pagina 12”, del modo que no hubieran querido sus victimarios. “En una emotiva ceremonia, fueron enterrados en el jardín de la Iglesia de la Santa Cruz los restos de Daniel Bombara (cenizas), que habían sido identificados dos años atrás en una tumba sin nombre en Merlo”. Un punto final digno para el primer detenido-desaparecido de Bahía Blanca. Su compañera de vida y militancia, la también bahiense Andrea Fasani, es artista plástica y fue madre de Paula a los 18 años de edad. En el 2011 ambas declararon en el juicio contra los represores que se llevó a cabo en la Universidad del Sur. Andrea además tiene la colección de recortes de obituarios de “Pagina 12” más completa sobre secuestrados y desaparecidos (publicada por ese matutino y comenzada a finales de la década de los ’80).