“Cacho” Borzi fue desaparecido el 30 de abril de 1977 en su casa en Lanús, en presencia de su mujer y sus tres pequeños hijos varones. Montonero en la Columna Sur de la CGT de la Resistencia, había pertenecido a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y era delegado del gremio del vidrio de la fábrica en que trabajaba. Era capataz, técnico matricero. Nunca permitió que se echara a ningún compañero trabajador. Sus conocimientos ayudaron a la construcción de armas para el Ejército Montonero. Se quedó en el país porque decía “El que se va es un traidor”; peleó hasta lo último porque siempre aclaraba que “sino a mis hijos que ejemplo les dejo”. En la tortura no le arrancaron ni una palabra, ni un nombre, ni un gesto conciliatorio.