“Loro”. “Baltazar”. Su familia se vino de Corrientes a Buenos Aires. Primero se instalaron en una villa de la zona de Puente La Noria. Luego de un tiempo se corrieron a Villa Urbana, en Ingeniero Budge. En dicho ámbito el “Loro” Cáceres comenzó a militar, mostrándose como un ejecutor nato, con mucha decisión, muy emprendedor. Mingo, que compartió con él, la militancia barrial, lo recupera del olvido, diciendo que “fue uno de los mejores compañeros que conocí, por su nobleza, por su carácter, su sentido de la justicia (…) Cuando decía: ‘Hay que darle una mano a esa familia’, ponía el cuerpo y les levantaba una pared o colocaba las chapas de la vivienda”. Lorenzo como se puede apreciar trabajaba en la construcción. Siempre estaba de buen humor y siempre le buscaba el lado positivo a las cosas. Ricardo, otro compañero de militancia de Cáceres, cuenta algo muy interesante: “Lorenzo en un principio se sumó a la parte ortodoxa del peronismo, a través del viejo Nuñez. Comenzó a militar con ellos. Un día nos cruzamos en el paso a nivel Dallas, entonces me dijo que quería hablar conmigo, porque escuchaba que mucha gente hablaba bien y otras hablaban mal de nosotros. En definitiva, nos quería conocer y saber quiénes éramos. ‘Peronistas que luchamos por el bien de todos, y no por el interés personal’, le contesté. ‘Hacemos zanjas, veredas, porque queremos vivir mejor y a nivel nacional luchamos por la justicia social’. Ese día hablamos durante horas en los rieles y a partir de ese momento comenzó a visitarnos y se integró de lleno a la militancia en la J.P. hasta incluso dar su vida y no en el plano teórico, sino en el plano real”. A la edad de 24 años, Lorenzo Federico Cáceres, fue secuestrado-desaparecido el 26 de marzo de 1978 en su casa de Ingeniero Budge (calle Saladillo entre Baradero y Campana), partido de Lomas de Zamora. Fue visto con vida en el CCD Pozo de Quilmes antes de su asesinato.