“Barba”. Nació en Capital Federal el 25 de noviembre de 1949. Delgado, ojos claros, cabellos rubios largos. Secundario en el Colegio Nacional de La Falda (Córdoba), egresando de allí en 1971 con el título de bachiller. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) en la carrera de Letras en Córdoba, donde cursó entre 1971 y 1974. Proletarizado, trabajó como obrero de Kaiser en la IKA-RENAULT. Secuestrado el 27 de septiembre de 1976 en la casa de la calle Catamarca 1981 de Barrio General Paz, Córdoba capital; en esa oportunidad es asesinada su esposa por los represores (ver registro de María Teresa Luque). Visto en el campo de concentración “La Perla”. Ante la inminencia de una huelga del Sindicato de Luz y Fuerza en Córdoba, los militares de inteligencia decidieron ilegalizarla o en su propio lenguaje “montonerizarla”, encontrando así los motivos para tildarla de subversiva. Ellos mismos imprimieron volantes firmados por Montoneros llamando a la huelga, sacaron a Patricio de su cautiverio, le pusieron esos volantes entre sus ropas y lo asesinaron a balazos frente a la EPEC, dejando también los mismos volantes alrededor de su cuerpo. Los medios de difusión hablaron de un tiroteo entre “fuerzas de seguridad” y un “elemento subversivo que fue abatido en el lugar y que incitaba a la huelga”. La verdad, muy diferente, la cuenta una testigo, Teresa Celia Meschiati, compañera de cautiverio del “Barba”. Afirma ella: “A fines de septiembre de 1976, fue secuestrado Patricio. Su esposa fue asesinada en su casa, el mismo día del secuestro de Patricio. Permaneció en ‘La Perla’ aproximadamente un mes. Él estaba ubicado al lado de mi colchoneta. Una noche entraron en la cuadra el teniente primero Ernesto Guillermo Barreiro y el sargento primero Luis Manzanelli con carpetas en la mano. Recorrieron lentamente cada colchoneta, deteniéndose a hablar con algunos secuestrados. Cuando llegaron a Patricio, Barreiro le preguntó que pensaba sobre el sindicalismo. ‘Barba’ hablaba muy bajo y Barreiro se encolerizó porque no entendía lo que le decía. Esa noche cuando yo dormía se lo llevaron. Al día siguiente al despertar no lo vi más, tampoco estaba su colchoneta. Patricio Calloway fue fusilado y se simuló un enfrentamiento para reprimir la huelga”.