Roberto
Baschetti

Capobianco, Alejandro Alberto

“Capo”. Nació el 25 de marzo de 1957 en Buenos Aires. Militante en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y Montoneros. Fue secuestrado-desaparecido a la edad de 20 años, en Capital Federal (Hotel Liz; allí era conocido como Alejandro Ramírez) junto a su pareja de vida y militancia Alicia Margarita Guerrero (ver su registro). Fue el 24 de febrero de 1978. Susana González, promoción 1975 del colegio al que ambos iban, relata aspectos de su vida: “Vivió en el barrio de Flores, junto a sus padres, en la calle Bacacay 2215. Estudió en el Colegio Dámaso Centeno desde 1970 hasta 1974, en la orientación Comercial, siendo el mejor promedio de su promoción ‘74. De una personalidad vital, positiva y de una gran generosidad, se ganó el cariño de todos sus compañeros de división y del grupo de campamenteros (Grupo Andino). Consciente, de sagacidad intelectual, se inclinó desde los primeros años del secundario hacia la buena lectura, la poesía, el gusto por el cine-arte, el rock y la creatividad, que contribuyeron a forjar una vocación de solidaridad por el otro, como fiel representante de una generación de setentistas. En 1973 nace entre un grupo de compañeros y amigos, la necesidad de volcar sus ideales en una publicación de las llamadas ‘subte’; surge así la revista ‘Descomprimiéndonos’, impresa en un mimeógrafo casero. La misma era distribuida a la salida de los primeros recitales de rock y en los parques donde se congregaban otras iniciativas semejantes. Alejandro trabajó luego como operario en una fábrica metalúrgica de Villa Soldati, ‘Francital’, mientras estudiaba Ingeniería Química en la UBA, carrera en la que avanzaba velozmente con notas sobresalientes. ‘Capo’, estás presente cada día, tu legado y tu eterna sonrisa nos iluminan hasta el día de hoy. Seguimos tus pasos trabajando por una sociedad más justa”. Nota: el padre de Capobianco era militar y nunca tuvo interés en dar sangre para saber la suerte de su hijo mediante un ADN. Para 2023, a 45 años de su secuestro de un obituario de “Página 12” extraigo: “de tu rebeldía juvenil como escritor y poeta, de tu corazón inquieto y solidario, nacieron tus sueños de liberación y soberanía. Pudimos homenajearte en el colegio en el que te recibiste donde una placa te recuerda junto a otros ex alumnos detenidos desaparecidos. En la Facultad de Ingeniería también te recuerdan todos los años. Muy cerca del cielo en el Refugio del Cerro López, Bariloche, varias ex alumnas subieron a 1.620 metros para gritar ¡PRESENTE! Y homenajearte como uno de nuestros patriotas, enarbolando la bandera argentina con tu rostro y el de nuestros queridos detenidos desaparecidos”.