Porteño de los inquilinatos de San Telmo, hijo de obreros, nacido el 31 de octubre de 1942. Vivía con su madre y su hermana en el conventillo del Chacabuco 428. Su padre se rajó de la casa para nunca más volver cuando era muy pequeño. Padre ausente de por vida. Su madre era una asturiana que se llamaba María Regina González, de pura estirpe republicana y que se ganaba el mango para alimentar a sus hijos como sirvienta. Carlitos Caride fue al colegió hasta tercer año solamente; porque tuvo que salir a trabajar, primero como cadete de una librería sita en Piedras y Venezuela y luego en una ferretería. Cuando fueron los bombardeos por la aviación gorila Plaza de Mayo, el 16 de junio de 1955, con sus trece años, se llegó al lugar para socorrer a los heridos, fue su bautismo de fuego en un peronismo que no abandonaría jamás. De muy jovencito –comentan- militó en Tacuara. Mítico integrante de la Juventud Peronista, fue integrante del grupo original que editó el diario combativo “Trinchera” llegando a ser su director aun desde la cárcel (año 1963). Proscripto el peronismo una de sus consignas era: “Por las urnas o por las armas”. Combatiente de la resistencia a las diversas dictaduras que nos asolaron desde 1955 en adelante. En 1962 va preso. En 1967 es herido en un enfrentamiento con la Policía Federal y tratan de que se muera desangrado; su fortaleza física y la indignación de los testigos del hecho lo salvan. Forma parte de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) desde su origen. El 22 de abril de 1969, había sido nuevamente detenido al resistir un allanamiento a su domicilio de Paraguay 2655, piso 3, Dto “E”, circunstancia en la cual hiere mortalmente a un oficial principal de la Policía Federal; Jorge Alfredo Mato y deja herido al comisario Juan Carlos Caballero (un tiro en un glúteo derecho) y a otro oficial de policía llamado Jorge Bruzzone. Directamente venían a matarlo por sus antecedentes resistentes. Los enfrentó hasta que cayó apresado al grito de “¡Viva Perón! ¡Viva la Patria!”. Los efectivos policiales encontraron en la bañadera una cantidad impresionante de billetes producto de alguna acción reivindicativa previa y de la cual Carlitos no había tocado ni un solo peso; una cantidad importante de armas y un documento trucho con su foto y a nombre de “Wilson Omar Cuerdo”. En represalia, Caride, fue brutalmente torturado, lo que le deja secuelas de por vida. Para 1973, la amnistía política lo libera. Se desempeña por un corto período, en la Dirección de Turismo en Mar del Plata, bajo el gobierno del Dr. Oscar Bidegain. En marzo de 1974 es detenido –por el comisario Margaride- y prontamente liberado, al ser acusado de un falso complot para matar a Perón (¡¡ justo él, que entregó toda su vida a la causa peronista !!). En junio del mismo año deja el Peronismo de Base y comienza a militar en Montoneros donde llega a ser oficial 1° con el nombre de guerra de “Pablo”. A nivel territorial organiza a los compañeros de la villa más grande que existe en El Palomar, provincia de Buenos Aires. Muere el 27 de mayo de 1976 en la localidad de Haedo, provincia de Buenos Aires, baleado en un enfrentamiento con la custodia de un alto jefe de la policía bonaerense a la que querían desarmar. Cae conjuntamente con un aspirante de la organización, pero los represores también tienen bajas mortales. Sus compañeros lo cargaron y lo llevaron a la posta sanitaria, pero llegó muerto a la misma. Para no entregar su cuerpo a los esbirros, por el momento lo enterraron en un jardín. Otro ex militante de fuste en Juventud Peronista y Montoneros, Jorge Giles, publicó en el año 2023, el libro “Caride, no me olvides” (G.E.S. 456 páginas) dedicado a la vida y la militancia de este referente del peronismo revolucionario y la resistencia peronista.