Militante de Juventud Peronista (JP), Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y Montoneros. Trabajador del Hospital Rivadavia, por entonces, se afilió a ATE. Durante 1970 fue apresado por actividades políticas y durante el gobierno cívico-militar del general Levingston puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Fue salvajemente torturado. En libertad, se sumó a la patriada nacional que fue el “Luche y Vuelve”. Y a mejorar la vida de sus semejantes. Como él mismo recuerda: “Continuamos con la asistencia médica sanitaria en la Villa 31 haciendo higiene sanitaria, diagnóstico participativo, historia sanitaria familiar, control epidemiológico, relevamiento socio-sanitario y la construcción de salitas junto al Movimiento Villero Peronista tanto en la villa del Padre Mugica como en las del Bajo Belgrano, Villa Pirelli y Bajo Flores; todo hecho por médicos y enfermeras del hospital que lo hacían ‘ad honorem’ fuera del horario de trabajo. Fue una experiencia política y solidaria maravillosa que de alguna manera marcó nuestro destino”. En mayo de 1976 fue dejado cesante en su trabajo por las autoridades dictatoriales. Acorralado por la dictadura militar, y ya secuestrada y asesinada su madre, pasó por Brasil (San Pablo) y Suecia (Gotemburgo). La vuelta de la democracia lo depositó nuevamente por estas tierras. Se sumó a la organización H.I.J.O.S. Siguió en la brecha, asumiendo diferentes responsabilidades: Trabajador del área de Mantenimiento en el Ministerio de Salud, elegido allí Secretario General de la Junta Interna retomando así, su militancia en ATE y en la Agrupación Verde ANUSATE. Fue Secretario General de la Federación Nacional de Salud (CTA), Delegado Normalizador de ATE en el Chaco y Director del Departamento de Derechos Humanos de ATE Nacional. Mensaje del compañero Carlos Aznárez: “29 de abril de 2020. Con gran dolor e inmensa pena que solo se siente cuando se marcha uno de los nuestros, quiero escribir en primera persona sobre ese gran guerrero que fue (y seguirá siendo en nuestra memoria) Héctor ‘Pelusa’ Carrica, fallecido por estas horas en Buenos Aires, sitiado por la guerra bacteriológica del capitalismo. Era hijo de Irma Laciar de Carrica, otra inmensa dirigente de los trabajadores estatales en el área de salud, pero además militante montonera y luchadora incansable (ver su registro). ‘Pelusa’ Carrica militó desde siempre en el peronismo revolucionario, compañero entrañable de otro luchador histórico como Dardo Cabo (ver su registro); y debido a su compromiso con su querido gremio, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y su pertenencia a Montoneros pasó por la cárcel y la tortura, pero no consiguieron quebrarlo. Muy por el contrario, siguió trabajando en la legalidad o en la clandestinidad por las reivindicaciones de sus compañeros estatales del área de salud, al igual que lo hizo Irma siempre. La caída de su madre fue muy dura para él y lo marcó para siempre, de allí que tanto cuando compartimos el exilio (yo en Madrid, él desde Suecia), como en el regreso, no dejó de homenajearla y de contarle a las nuevas generaciones de que material estaban hechos esos queridos compañeros y compañeras que dieron todo para que otros pudieran imaginar un mundo sin explotadores ni explotados (…) ‘Pelusa’ festejó con nosotros la recuperación de ATE para los trabajadores. Y no dudó en ponerse en marcha nuevamente en lo que más y mejor sabía hacer, ser un referente gremial de los de abajo, sin petulancias de ningún tipo y dándolo todo a cada momento. A lo largo de los años fue parte de la construcción del sindicato (…) Hay otro aspecto, imprescindible en su vida y es su ascendencia vasca. Tuvimos la posibilidad de compartir días memorables en EuskalHerria. Allí fue parte del lanzamiento de la edición europea de Resumen Latinoamericano y participó con nosotros en una charla con la luchadora independentista Eva Forest y el músico Fermín Muguruza. También, obviamente, se comprometió con todas sus fuerzas apoyando la lucha por la libertad de las y los presos vascos. En ese marco, integramos una caravana de miles de personas que viajó hasta Bruselas con las banderas reivindicativas que planteaban nuestro amor por una EuskalHerria sin presos políticos, independiente y socialista. Esa misma pasión la volcó luego en Buenos Aires dando a conocer en todos los ámbitos la causa del pueblo de sus ancestros (…) Final: ‘Pelusa’ fue un tipo maravilloso, sincero como pocos en decir lo que le gustaba y lo que no, un militante con los códigos de los ’70, donde la lealtad, la humildad y el compromiso no se rogaban, sino que eran parte natural de nuestras vidas. Un gran guerrero, orgulloso de haber sido montonero, un luchador incansable que practicaba el pensamiento crítico y soñaba diariamente con que aún era posible dar vuelta la tortilla y que los de abajo se coman la mejor parte… Compañero ‘Pelusa’ Carrica, querido hermano de tantas vidas como las que llevamos en la mochila, te despido como sé que lo harías conmigo. Con un saludo de Patria o Muerte y ratificando, como decían Lino, Carlón, Norma y tu querida vieja Irma, que seguiremos de pie y apostando a ser: Libres o Muertos, jamás esclavos. Nos veremos en las calles, Pelu…”. Su fallecimiento dio lugar a numerosas muestras de condolencia entre otros por ATE, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, del embajador Saharaui en Argentina, del embajador de la RASD en Argentina, de Roberto Perdía por las OLP, de Norman Briski, de Vilma Ripol del MST, del MRP Quebracho, de H.I.J.O.S. Capital, de otras seccionales de ATE y de la CTA. Jorge Falcone le dedicó un poema.