Roberto
Baschetti

Carrillo, Ramón

Hombre de Santiago del Estero, nacido un 7 de marzo de 1906. Obtuvo su título de bachiller en 1923 con medalla de oro. Se recibió de médico en 1928 también con medalla de oro. Premio Nacional de Ciencia en 1937 por sus trabajos de investigación. En octubre de 1945 conoce al por entonces Coronel Perón internado en el Hospital Militar; él era Jefe del Servicio de Neurología en dicho nosocomio. Un año más tarde el gobierno peronista lo nombra Secretario de Salud Pública y en 1949, reforma constitucional de por medio, se crea el Ministerio de Salud Pública y Carrillo será su primer ministro, llevando adelante un plan de salud que no dejará a ningún argentino sin atención médica. Basó su labor en tres premisas: 1) Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la salud. 2) No puede haber política sanitaria sin política social. 3) De nada sirven las conquistas de la técnica médica si éstas no pueden llegar al pueblo a través de los medios adecuados. A su inquietud y determinación se debe la creación de EMESTA, la primera fábrica nacional de medicamentos, que dando el apoyo a los laboratorios argentinos enfrentó a las transnacionales farmacéuticas. Bajo su gestión se construyeron hospitales, sanatorios y policlínicos con los últimos adelantos técnicos y de confortabilidad (aire acondicionado, por ejemplo); centros de salud, hogares para ancianos y niños y puestos sanitarios de frontera. Fallecida Evita en 1952, su gran compañera de causa y logros en lo social, su estrella comienza a declinar. Por problemas internos (puja con el vicepresidente Teisaire) renuncia a su cargo en julio de 1954 y parte hacia Estados Unidos para hacerse tratar una hipertensión arterial con cefaleas agudas que lo invalidaban por ciertos períodos de tiempo en el desempeño de sus actividades. Estando en el país del Norte, lo sorprende el triunfo de la mal llamada “Revolución Libertadora” que haciendo gala de un revanchismo primitivo lo acusa de enriquecimiento ilícito y le confisca sus contados bienes con que cuenta en nuestra patria. Don Ramón, necesitado de trabajo para poder subsistir, e imposibilitado de volver a su patria, se emplea en Belem do Pará, Brasil, como empleado de una compañía minera donde también ejercerá la medicina rural. Allá sufre un severo accidente cerebro-vascular y fallece el 20 de diciembre de 1956 en la miseria. Sus restos fueron repatriados y enterrados tal como él lo había deseado, en su Santiago del Estero natal, recién en 1972. A cien años de su nacimiento y a cincuenta de su deceso, el presidente Kirchner en nombre del Gobierno Nacional y como homenaje a su figura y a su obra, ha declarado al año 2006 como el “Año de Homenaje al Dr. Ramón J. Carrillo”. Todavía resuenan sus palabras premonitorias, brindadas en una conferencia pública: “Las tareas de los higienistas no rendirán frutos si previamente no se consolidan las leyes obreras destinadas a dignificar la tarea en fábricas y oficinas, a mejorar sueldos y salarios y lograr los beneficios de jubilaciones y pensiones”.