“En muchos casos parecía tratarse de la misma gente: por apología reiterada del crimen se condenó a 9 meses de prisión efectiva a Ulderico Julio Carrizo, un joven que, en 1957, durante la visita a la ciudad del Almirante Rojas, había intentado colocar una bomba que le había estallado en las manos, por lo que habían tenido que amputarle el antebrazo derecho. Había recuperado la libertad por falta de antecedentes penales y por el hecho de ser, por entonces, menor de edad. Posteriormente reincidió en las prácticas terroristas hasta que fue nuevamente apresado”. (Tomado de “La Resistencia Peronista”. Julio César Melon Pirro. Eudem. Mar del Plata, 2018).