Puede leerse en “Primera Línea Nº 2” dirigida por Nilda Garré: “El fallecimiento de Osvaldo Carrozzo, ocurrido el pasado 23 de mayo de 1993, priva al Movimiento Peronista de un dirigente que siempre supo evidenciar altas calidades morales y políticas. Militante de todas las horas, forjado al calor de los duros años de la Resistencia Peronista posterior a 1955, Osvaldo fue poseedor en grado superlativo de una concepción solidaria, en la que la fraternidad y el amor se manifestaban en un estilo de auténtico compañerismo. Inclinado por naturaleza y convicción a persuadir, a dialogar, el cotejo de posiciones con amplitud no exenta de firmeza, encarnaba con propiedad a ‘los predicadores’ señalados por Perón como difusores de la doctrina nacional y popular del Justicialismo. Los que tuvimos la honra de militar con Osvaldo en la ‘Agrupación Metropolitana 17 de Octubre’, en Intransigencia Peronista, en Intransigencia y Movilización Peronista, en tantas iniciativas políticas y sindicales a las que él brindó su dedicación ejemplar, no olvidaremos nunca las múltiples jornadas compartidas en el ensueño de reconquistar una Patria Justa, Libre y Soberana (…) Parecería que el destino se empecinara en la desaparición de los mejores, de aquellos que asumieron las enseñanzas de Evita, plasmaron en la acción al peronismo esencialmente humanista y nunca se doblegaron en estos tiempos de claudicación (…) No es fácil reemplazar a compañeros de esta talla, ni menos aún resignarse a seguir la marcha sin sus presencias entrañables, pero en definitiva, el mejor homenaje que les podemos rendir es la continuación de una línea de conducta que aportó a nuestro Movimiento la posibilidad de reencontrarse con las mejores tradiciones liberadoras”. Cabe recordar que Osvaldo Carrozzo fue concejal municipal en el período democrático iniciado el 25 de mayo de 1973 y desde su banca siempre ayudó a que fuera reconocida, la Agrupación de Artesanos Peronistas adherida a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). Aún se recuerda cuando estos artesanos, el 9 de junio de 1973 en un nuevo aniversario de los fusilamientos ordenados por Rojas y Aramburu, y por unas horas, cambiaron el nombre de “Plaza Francia” –sita en el aristocrático Barrio Norte de nuestra ciudad- por el de “Plaza Felipe Vallese”.