Roberto
Baschetti

Casado, María Segunda

“Mariela” para su familia. “Ana” y “Silvia”, para sus compañeros de organización. Hermana de Gaspar Onofre Casado (ver su registro). Nacida en Azul, provincia de Buenos Aires, el 4 de diciembre de 1953. Fue muy amiga de la familia del Gobernador Bidegain. Militó primero en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). También pasó por la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN) ya que estudiaba Derecho en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), por Juventud Peronista, por la “Agrupación Evita de la Rama Femenina” de La Plata y por Montoneros (Columna Oeste). Durante lo que se conoció como la “primavera camporista” y un poco más, trabajó en la Casa de Gobierno bonaerense como secretaria de Ernesto Jauretche. Cayó presa a mediados del ’75 durante el (des) gobierno de Isabel Martínez y salió opcionada al exterior en enero de 1976. Fue a Venezuela ya que sus padres querían alejarla de la cosa política y ella quería seguir adelante “caiga quien caiga y cueste lo que cueste”, parafraseando a Evita. Recuerda Cacho Fuentes: “Era una compañera de puta madre, estaba desesperada porque iba a quedar desconectada en el exterior, pero el destino quiso que nos encontráramos en Coordinación Federal –paso inmediato anterior a nuestra liberación- y le pasé como engancharme en Perú, que era donde iba yo. Ella a las dos semanas, consiguió canjear el pasaje de Caracas-Buenos Aires, por el de Caracas-Lima y se reincorporó a la Orga bajo la conducción del ‘Oveja’ Valladares” (Carlos Augusto Valladares. Ver su registro). Luego va a México donde conoce (aunque los dos eran de Azul) a Pedro Arturo Frías (Oficial montonero. Ver también su registro), hacen pareja y tiene un hijo de nombre Mario que nace para 1977. Vuelven a la Argentina para ese mismo año. Con un embarazo de 7 a 8 meses, fue secuestrada –presuntamente por Aeronáutica- junto a su marido, en la casa que tenían en Villa Tesei (calles Chopin y Liszt), partido de Morón, provincia de Buenos Aires, el 23 de junio de 1978. Los represores actuaron a plena luz del día y con toda tranquilidad, ante la vista de los vecinos. Tampoco se supo más nada de la criatura en gestación.