Roberto
Baschetti

Castillo, Roberto

“Beto”. Trabajaba en una fábrica de alimentos (una pollería), también hacía pan y participaba de reuniones territoriales en el ámbito del Barrio Sakura de Burzaco, provincia de Buenos Aires. Militante peronista secuestrado-desaparecido el 12 de enero de 1977, cuando allí lo fueron a buscar –su casa estaba en la intersección de las calles Alfredo Bufano y Esteban De Luca- 15 hombres armados de un grupo de tareas del Ejército luego de recibir la denuncia de un vecino ortiva y buchón policial (Eduardo Zarza) que lo acusó de imprimir y guardar panfletos contra el gobierno y de ser montonero. Roberto Gastón Castillo, por su parte, es su séptimo hijo varón y por ley tuvo que aceptar como padrino al dictador que usurpaba la presidencia en aquel lúgubre año. Pero ahora (2011) solicitó a la Iglesia Católica que anule el padrinazgo de Jorge Rafael Videla. En el momento en que se produjo la ceremonia religiosa (10-12-77) Roberto Castillo seguía desaparecido, sin que hasta ese momento los familiares hubieran tenido respuesta alguna acerca de lo que había ocurrido con él. Dice entonces su hijo: “En esa inocente búsqueda, dado que era el séptimo hijo varón de la familia, mi madre solicitó, de acuerdo a la Ley Nacional 20.843, que fuera padrino de bautismo el presidente de la Nación, cargo que ejercía entonces, el dictador y luego probado genocida Jorge Rafael Videla”, expresa en la nota elevada al Cardenal Bergoglio. El hijo de la víctima explica la conducta de la madre: “Aquella solicitud estuvo inspirada en la cándida idea de mi familia que siendo el Presidente de la Nación el padrino del hijo del desaparecido, sería un elemento más a favor en la búsqueda ante los estrados institucionales” añade. Se autorizó el cambio de padrino y el joven eligió como nuevo padrino al ex presidente Néstor Kirchner, con un claro sentido de reconocimiento hacia su política de Derechos Humanos. El 3 de agosto de 2009 fueron hallados los restos de Roberto Castillo en el cementerio de Avellaneda, donde habían sido inhumados como N.N. y “con signos evidentes de haber sido asesinado en el año de su desaparición”. Actualmente una calle del ya antes mencionado barrio Sakura, lleva el nombre de Roberto Castillo.