Roberto
Baschetti

Colmenares Berrios, Jaime José

Nació en Mérida, Venezuela, el 17 de octubre de 1949. Evidentemente con ese día de nacimiento, su futuro iba a estar ligado al peronismo. A los 14 años comenzó a estudiar arte en su país (dibujo, pintura). De jovencito simpatiza con el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Por sus méritos como artista fue becado para estudiar en la Argentina y se perfecciona como fotógrafo. Llegó a Buenos Aires en febrero de 1969 y al poco tiempo conoció a Cristina Bettanin (ver su registro). Se enamoraron. Se casaron en 1971 y el colombiano comenzó a trabajar como periodista fotográfico en diversos medios. Era entrador, alegre, simpático, conversador, eximio tomador de mate, algo robusto, grandote. Para 1973 consigue trabajo -siempre en la fotografía-, en el diario de los Montoneros: “Noticias”. Allí asume como propios los principios de esa organización revolucionaria peronista. Luego también colabora en el “Evita Montonera”. Ernesto Jauretche lo recuerda como “un tipo desaliñado, melenudo, despeinado, con la ropa que denunciaba que muchas veces no se la sacaba ni para dormir; con los bolsillos de su abrigo siempre atiborrados de rollos de fotografía, de cámaras, de lentes, bolsillos que por lo general estaban colgando, reventados”. Así dadas las cosas fue secuestrado en Rosario (Barrio Gráfico) el 2 de enero de 1977 (Ver el registro de Leonardo Bettanin), siendo visto en el Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario y a posteriori en la ESMA hasta marzo de 1977 y se cree que pudo haber sido nuevamente trasladado a Rosario hacia fines de 1978. Luego se pierde su rastro. Según fuentes confiables murió en la tortura por “equivocación”: en lugar de rociarlo con agua para seguir con la sesión de picana, le tiraron alcohol. Cuando el dictador Videla arribó a Colombia en visita oficial en octubre de 1977 debió encontrarse para su disgusto con numerosas manifestaciones de estudiantes colombianos que pedían por la aparición con vida de Colmenares Berrios y una solicitada a toda página, por la misma razón en los medios gráficos más importantes de aquel país.